La Comandancia de la Guardia Civil de Ceuta ha completado "la primera parte" de la denominada 'Operación Rubí', una investigación dirigida a la desarticulación de una organización delictiva "especializada" en el tráfico de inmigrantes indocumentados desde Marruecos hasta Francia previo paso por la ciudad autónoma y la Península mediante "la manipulación de pasaportes originales".

Según ha informado la Benemérita en una nota de prensa, el balance provisional de la operación incluye cuatro personas (dos argelinos y dos marroquíes) detenidas y cinco inmigrantes argelinos interceptados después que, en varios intentos, la organización delictiva los introdujese en Ceuta con documentación falsificada.

La documentación utilizada para estos ilícitos han sido "pasaportes españoles, franceses y marroquíes, además de otras documentaciones (permisos de conducción, tarjetas de residencia, etcétera) que completaban la identidad ficticia que adoptaban los inmigrantes".

El 'modus operandi' de la trama consistía en facilitar a los magrebíes en territorio marroquí pasaportes manipulados para que, durante los momentos de mayor concentración de personas en la aduana de El Tarajal, accedieran a Ceuta. Una vez en la ciudad españoles, los miembros de la organización recuperaban esa documentación y les indicaban las gestiones a realizar para que fueran acogidos en el CETI, trámites que se efectuaban a través de los dos marroquíes arrestados.

Una vez alojados en el CETI, los dos argelinos que han sido detenidos (uno de ellos residente igualmente en el centro) se encargaban de facilitar a los inmigrantes en tránsito lo que denominaban 'pasaportes rojos', es decir, documentos españoles o franceses con los que, junto a la documentación complementaria, intentaban embarcar hacia el territorio peninsular.

La organización exigía a los inmigrantes para su entrada a Ceuta desde Marruecos "entre 300 y 400 euros", mientras que para facilitarles documentación apta para su traslado a la Península "el importe oscilaba entre 4.000 y 5.000 euros".

Para la "explotación final" de la operación el Instituto Armado remitirá "los datos necesarios" a las autoridades francesas, país de destino final de los inmigrantes que contactaron con esta organización delictiva y lugar de residencia del resto de la organización.

Durante el desarrollo de la operación, la Guardia Civil ha contado "en todo momento" con el apoyo tanto de las Fuerzas de Seguridad francesas (a través del Centro de Coordinación Policial y Aduanero de Hendaya) como de la Brigada de Extranjería de la Policía Nacional de Ceuta.