La Audiencia Provincial ha condenado a siete meses y medio de cárcel a un hombre que insultó, amenazó y agredió a un policía tras "armar escándalo" en una cafetería de Laredo e insultar al empleado. A la pena de cárcel por un delito de atentado se une una multa de 720 euros por un delito de lesiones, y una indemnización de 7.400 euros al agente de la Policía Local herido por las lesiones y secuelas sufridas. En los dos primeros casos se le ha aplicado la atenuante de embriaguez.

La Audiencia confirma de esta forma la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal número 2 de Santander, que también condena a una amiga del anterior por sendas faltas contra el orden público y contra las personas (maltrato de obra), al pago de 270 euros de multa, y a ambos al pago de un tercio de las costas procesales.

Los hechos ocurrieron en abril de 2009 en una cafetería de Laredo, donde los acusados, junto a un tercer amigo, se encontraban "armando escándalo e insultando al camarero". Éste llamó a la Policía Local y al pedirles los agentes que se identificaran, se negaron y la mujer arrancó a uno de los policías el emblema que llevaba en el pecho.

Ante la negativa del otro acusado a identificarse, los agentes decidieron trasladarle a dependencias policiales. Cuando ya estaba en el vehículo policial, propinó al policía que se iba a sentar con él en la parte de atrás una fuerte patada en la cara y otra en la costillas, al tiempo que le insultaba y amenazaba con palabras tales como "Hijos de puta, queréis violarme, mi tío es general de la guardia civil y os vais a enterar", "os voy a matar".

Entonces el otro agente intentó ayudar a su compañero para reducir al acusado y ponerle los grilletes, consiguiéndolo en una sola de las manos, lo que éste aprovechó para golpear con las esposas al primer agente en un dedo de la mano. El policía tardó 77 días en curarse de las lesiones.

Atenuante de embriaguez

En el momento de los hechos, el acusado se encontraba afectado de una "importante" intoxicación etílica, de la que fue atendido posteriormente a su llegada a las dependencias policiales, y después ingresó en el hospital de Cruces. De hecho, se le ha aplicado la atenuante "muy cualificada" de embriaguez.

No ha quedado acreditado que los acusados no tuvieran intención de abonar el importe de las consumiciones, pues la única pendiente era la última y no se abonó debido a la intervención policial, por lo que se absuelve a los tres amigos de la falta de estafa de la que también estaban acusados.

El recurso de apelación ante la Audiencia Provincial fue promovido por la mujer, quien alega que se limitó a "despegar una pegatina" que el agente llevaba pegada con velcro a su uniforme. El recurso fue impugnado por el Ministerio Fiscal, que defendió la confirmación de la sentencia de primera instancia, como así ha sido.