El aparato de Excel, una compañía británica de bajo coste, despegó del aeropuerto londinense de Gatwick y se dirigía a la ciudad egipcia de Hurghada.
Según informa la BBC, un pasajero encontró una nota en un asiento en la que decía que había una bomba a bordo.
Cuando el avión estaba a 75 kilómetros al norte de la localidad de Vieste, en el sur de Italia, el piloto solicitó poder aterrizar en Brindisi.
El aviso desencadenó un dispositivo de seguridad y el despegue de un avión militar, un caza F-16, que partió de la base de Stormo, en Trapani, situado en la isla de Sicilia, para controlar el vuelo del avión civil.
Entonces, los 200 pasajeros desembarcaron y el Boeing fue sometido a una minuciosa inspección para verificar si eran ciertas las sospechas del piloto.
Alarma constante
Este hecho se produjo de forma posterior a que una terminal del aeropuerto Tri-State de Virginia Occidental (EEUU) fuese evacuada después de que un perro adiestrado reaccionase ante una botella llena de un líquido sospechoso en el bolso de una pasajera, que resultó ser una crema limpiadora del cutis, según informó la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).
Los incidentes son constantes después de que se descubriera el supuesto complot para atentar contra aviones de pasajeros en pleno vuelo en la ruta entre Gran Bretaña y Estados Unidos.
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