A las 17.00 comenzó el traslado de los restos mortales de Juan Pablo II con una procesión en la que participaron los cardenales de la Curia, encabezados por el camarlengo, el español Eduardo Martínez Somalo, y escoltada por miembros de la Guardia Suiza. Los próximos días hasta dos millones de católicos (para verle se ordenarán en dos filas para pasar por las dos puertas de la basílica) le rendirán su último homenaje.
Visita en la intimidad
Antes de que el cadáver llegase a la basílica de San Pedro los empleados del Vaticano, altos cargos del Gobierno italiano, entre ellos el presidente del Ejecutivo, Silvio Berlusconi (visiblemente afectado), la Curia romana y el cuerpo diplomático pudieron despedirse en la intimidad del Papa en la Sala Clementina del Palacio Apostólico.
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