El Gobierno continuará con el impulso de los centros especiales de empleo, más de 2.000 en toda España en los que trabajan unas 65.000 personas con discapacidad, un modelo que cumple treinta años y que ha propiciado que "los empresarios confíen en las capacidades" de estos trabajadores.

Así lo ha explicado este viernes el director general de Políticas de Apoyo a la Discapacidad del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ignacio Tremiño, poco antes de participar en Valladolid en unas jornadas sobre las perspectivas de los centros especiales de empleo.

Tremiño ha referido que "la mayor normalización se consigue con el empleo" y ha recordado que hay unos 2.000 centros en toda España con más de 65.000 trabajadores con discapacidad.

Los centros especiales de empleo, en los que hay una media de un 70% de trabajadores con discapacidad, nacieron al amparo de la Ley de Integración Social de los Minusválidos de 1982, conocida como la LISMI.

En estos treinta años han permitido demostrar a la sociedad y a los empresarios las capacidades de estos trabajadores, que "son igual de productivos que el resto", ha argumentado Tremiño.

El director general ha indicado que estos centros están especialmente desarrollados, en cuanto a número, en Madrid, Cataluña, País Vasco y Castilla y León.

La fotografía actual de estos centros la ha detallado el presidente de la Plataforma representativa estatal de discapacitados físicos en España y en Castilla y León.

Francisco Sardón ha explicado que que, aunque en su origen tenían un sentido transitorio, actualmente son generadores de empleo con un criterio empresarial, en cuanto que ofrecen productos y servicios como cualquier empresa ordinaria.