El director de cine y escritor David Trueba cree que en los últimos 25 años en España hemos vivido "en una cierta siesta", con la "satisfacción" de pensar que el país estaba en Primera División, pero, como pasa en el fútbol, en esa categoría "uno está si se mantiene" y para eso "se tienen que hacer las cosas muy bien".

Y es que para Trueba, que esta tarde presenta en Santander su última película, 'Madrid 1987', a partir precisamente de ese año se produjo en España un "parón importante" en lo que es la "construcción del país", tras entrar en el mercado común europeo y la OTAN.

A su juicio, mientras que los ingleses, franceses o alemanes podrían seguramente "dormirse" y seguir manteniéndose "en Primera", porque tienen unas estructuras, ni España ni otros países, como Italia, Portugal, Grecia o Irlanda, pertenecen "de facto" a esa categoría "si no están todos los días trabajando" para ello y para "sacar lo mejor que tienen dentro".

Según Trueba, nuestros "problemas de ahora" se remontan "a tiempo atrás", a muchas decisiones que "tienen mucho que ver con una "cierta satisfacción, con una cierta inmoralidad" en nuestra vida pública, también con "un cierto cinismo" de todos los agentes sociales, de eso que en el mundo de los negocios se llamó la "cultura del pelotazo" pero "que no fuimos capaces de ver que estaba pasando en todo lo demás".

"Aplicábamos esa misma sensación de pelotazo a la cultura, el deporte, la educación, la sanidad", es decir "a muchísimas cosas donde lo que importaba era el resultado económico", pero que "no era la respuesta absoluta". "Y si yo tenia esa insatisfacción con 17 años, no me sorprende que los chicos de esa edad la tenga, ahora, pero "multiplicada por 25", ha dicho.

En esa línea, en una rueda de prensa que ha ofrecido en Santander horas antes de presentar su película en la Filmoteca de Cantabria, ha considerado que en estos momentos "difíciles" e "inciertos", donde mucha gente está viviendo situaciones "duras", "hay que mantener el espíritu y mirar hacia adelante".

"Las soluciones van a estar en seguir trabajando en lo nuestro y en intentar hacerlo lo mejor posible", ha afirmado. En el caso del cine, ha dicho que por "suerte" es una industria que siempre ha sido "dura" y "difícil" y eso da una "experiencia mayor" para "manejar" s8ituaciones de crisis como la actual.

También se ha mostrado partidario de "aprovechar el esfuerzo, la vocación", y ha considerado que las profesiones vocacionales tienen que llevar "la voz cantante" en los momentos de crisis, porque "la gente tiene que seguirse guiándose por su vocación, por su espíritu de pasión en las cosas", y "eso muchas veces compensa las dificultades económicas que se atraviesan", ha señalado.

"cine termita"

En ese sentido, ha abogado por recuperar el concepto de "cine termita", puesto en circulación por un crítico norteamericano ya fallecido, en contraposición al "arte elefante blanco".

Así, ha defendido la necesidad, que en estos tiempos "se multiplica más aún", de "trabajar como termitas y no como los elefantes", de forma que las condiciones económicas y sociales o el contexto financiero de tu país o continente "no debe ser nunca algo que imposibilita la expresión de la voz propia", sino "un estímulo mayor".

Y es que, según ha dicho, la cultura de un país que "no se puede permitir" tener una tan "potente" como las de Francia o Estados Unidos, tiene que "alejarse lo más posible" de la "solemnidad" y del "figurón museístico" y trabajar dentro de las posibilidades que existan en ese momento, cada uno con sus condiciones y "sin necesitar ayuda de los demás".

Todo ello para concluir que lo que de verdad cuenta no es tanto un momento económico como "una actitud", y con esos parámetros se planteó su última película, un intento de contar el mundo tal como tú lo ves, porque "lo difícil es seguir haciendo lo que tú quieres hacer" y no lo que los demás quieren que hagas, ha sentenciado.

Por eso, 'Madrid 1987', que tuvo como "trampolín" el Festival de Sundance, donde se estrenó, le parecía una película "pequeña" y "difícil entre comillas", como lo es cualquiera que ahora intente aportar "algo más que pura acción", pero para su "sorpresa" se encontró con que "era entendida y disfrutada".

Algo que pasa con las películas que, como ella, hablan de "lo que corren por dentro de ellas", como ese conflicto y encuentro generacional protagonizado por José Sacristán y María Valverde, de los que ha destacado su capacidad para representar a los personajes a los que dan vida, un articulista de periódico que está de vuelta y una joven con la vida por delante.

Sobre sus próximos proyectos, ha contado que está "peleando" por conseguir financiación para una película y también, y además de seguir escribiendo en prensa, está "pensando" en una novela, pero es "bastante lento" y se toma "las cosas con calma", por lo que no tiene "mucha prisa" en hacerlo.