El objetivo es que antes de que transcurra una hora de un siniestro laboral esté presente un inspector. Así, además, se evitará la alteración de pruebas en la investigación. Para poner en marcha estos turnos, la Consejería de Empleo ha dotado a la Inspección de Trabajo de teléfonos móviles que permitan la localización del inspector de guardia y se solicitará la colaboración del servicio 112 y de los agentes de seguridad para que comuniquen el siniestro lo antes posible. Los incidentes que se someterán a estas guardias serán los mortales, los muy graves, los que tengan especial trascendencia por el número de trabajadores afectados o por acarrear consecuencias muy dañinas. En lo que va de año se han detectado 2.500 infracciones y se han paralizado casi 300 centros de trabajos.