La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha destinado 2,6 millones de euros, repartidos en varias anualidades, para la restauración de hábitats que en su día fueron territorio de especies ahora amenazadas como el lince ibérico (Lynx pardinus) o el águila imperial (Aquila adalberti) en el Parque Natural Sierra de Andújar (Jaén).

Así lo ha puesto de manifiesto la delegada de la Junta en Jaén, Purificación Gálvez, que acompañada del delegado de Medio Ambiente, Moisés Muñoz, y los miembros de la junta rectora del parque, ha visitado este jueves algunos de los trabajos acometidos en montes de este espacio protegido, tanto de titularidad pública como privada, que suman una superficie de 5.600 hectáreas.

"El objetivo era doble. Por un lado, reconquistar con estas labores un hábitat tradicional de estas especies y, en segundo lugar, contribuir a la creación de empleo vinculado a las labores de conservación del monte. Sin lugar a dudas, ambos se han cumplido con creces, como lo demuestra el hecho de que la recuperación del conejo, principal alimento de estas especies, en estas zonas gracias a los trabajos acometidos, ha favorecido que los técnicos de Medio Ambiente ya hayan detectado algunos ejemplares jóvenes de lince en la zona", ha asegurado.

Gálvez ha recordado la importancia de ganar territorio para este felino, especialmente en el caso de este punto de Sierra Morena, muy cercano a la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, hacia donde se dirigen los esfuerzos de ampliación del hábitat lincero. Asimismo, ha subrayado que este proyecto, apoyado con fondos Feder, apoya el esfuerzo que la Junta de Andalucía realiza con el programa Iberlince, auspiciado por la Unión Europea y que, dotado con 34 millones de euros, pretende recuperar la especie y generar asimismo empleo en torno a la conservación del lince ibérico.

Por su parte, el delegado de Medio Ambiente ha indicado que los trabajos consisten en la transformación de masas de pinar en zonas con mayor clareo que se asimilen al hábitat más mediterráneo del lince, el refuerzo de poblaciones de conejo y la construcción de refugios y disminución de la carga de combustible que evite el riesgo de incendio forestal mediante desbroces de material y realces y resalveos de quercineas y matorral noble. La gran mayoría de estos trabajos son de carácter manual, por lo que ha sido muy necesaria la mano de obra.

Además, la mayor parte de la madera procedente de estos tratamientos ha sido aprovechada para la venta por los responsables de ejecutar las labores. Muñoz ha puesto de relieve que el mejor indicador del buen estado del monte mediterráneo es que una especie como el lince acuda al territorio para reconquistarlo como hábitat. "Un monte productivo es, sin duda alguna un monte vivo", ha recalcado.