Peregrinación a la catedral de la Almudena

El templo, donde se erige una estatua en su honor, convertido en lugar de encuentro para rendirle homenaje
Cientos de personas se acercaron ayer a la catedral de la Almudena para encender velas y depositar flores en la estatua del Papa.
Cientos de personas se acercaron ayer a la catedral de la Almudena para encender velas y depositar flores en la estatua del Papa.
EFE
Cientos de personas se acercaron ayer a la catedral de la Almudena para encender velas y depositar flores en la estatua del Papa.
«No hay velas», rezaba ayer un cartel colgado en la entrada de la catedral de la Almudena. El letrero daba fe de la multitud de fieles que se acercaron a homenajear al Papa, que también depositaron flores y espontáneos mensajes de agradecimiento.

En la noche del sábado, cientos de personas participaron en la primera vigilia, que se repitió anoche. A lo largo del día de ayer, otros muchos se acercaron a rezar dentro de la catedral –consagrada por Juan Pablo II en 1993– o mostraron su dolor a los pies de su estatua, colocada en su honor a las puertas del templo. Tal fue la aglomeración por la mañana que en la misa de mediodía fue casi imposible entrar en la catedral.

La plaza de Colón, donde el Papa ofició su última misa en Madrid, también fue el sábado otro lugar de encuentro, gracias a una espontánea convocatoria realizada mediante mensajes a los teléfonos móviles. Ayer ya sólo quedaban velas y flores. Los católicos polacos en Madrid también despidieron ayer al Papa desde la parroquia de San Bartolomé, en Alcalá de Henares.

Tres días de luto oficial,  decretados desde ayer en Madrid.

Misas y libro de condolencias

La Nunciatura Apostólica en Madrid –avenida de Pío XII, 46 (Chamartín)– fue ayer un goteo de ciudadanos que pasaban a firmar en el libro de condolencias, donde se entregaba una estampa del Papa. El arzobispo de Madrid, Rouco Varela, ofició una solemne eucaristía y en todas las misas se recordó al Pontífice.

Una calle o una plaza en Madrid llevará su nombre

Por su cercanía con la ciudad. Una calle, una plaza o un parque de la capital llevará el nombre de Juan Pablo II. Así lo ha decidido el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que ha dado las instrucciones para buscar un espacio público que lleve el nombre del Papa. Será un lugar «adecuado» que se ajuste a la «magnitud» del Papa y se corresponda con la cercanía que tuvo con la ciudad.

Una manera de reconocer la proximidad del Papa con los madrileños. No en vano, visitó en tres ocasiones Madrid durante su pontificado.

El alcalde trasladó la decisión por teléfono al vicealcalde, Manuel Cobo, mientras regresaba de su viaje a Australia tras promocionar la candidatura olímpica.

Velas y flores ante su estatua

Cientos de personas se acercaron ayer a la catedral de la Almudena para encender velas y depositar flores en la estatua del Papa. El Pontífice realizó en mayo de 2003 su última visita a España, donde sólo visitó Madrid dos días para proclamar cinco santos españoles y ofrecer una multitudinaria misa en Colón. Un millón de jóvenes le acogieron en Cuatro Vientos.

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