La cara de Flora Valero era este jueves diferente a la de hace un mes, cuando estaba a punto de ser desahuciada de su piso de toda la vida, en Badalona (Barcelona). Habían vivido allí sus abuelos, sus padres y ella. Le subieron el alquiler de 86 a 600 euros mensuales y no podía afrontarlos. La iban a echar. Este jueves recibió las llaves de su nueva casa, un piso de alquiler social en la calle Torí de esta localidad.

"En un mes me ha cambiado la vida... A mejor", exclamaba exultante. "Lo he pasado mal, muy nerviosa, pero ahora estoy muy contenta", decía. En unos 10 días se podrá instalar, en cuanto los miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, una empresa municipal y la asociación de vecinos le acaben de acondicionar la que ya es su casa.

Flora era una de las 1.200 familias que han presentado una solicitud para optar a uno de los 40 pisos vacíos que pertenecen a CatalunyaCaixa. La entidad y el Ajuntament de Badalona acordaron en febrero otorgarlos con un alquiler social, con precios de entre 140 y 220 euros. De momento, se han seleccionado 24 destinatarios a los que se les hará entrega del piso en breve.

El consistorio quiere ampliar la bolsa de estas viviendas: "No puede ser que haya una familia en la calle y el piso quede vacío", afirmaba el alcalde, Xavier Garcia-Albiol, quien añadió que "nos espera un escenario dramático al respecto". También anunció que está estudiando "qué modificaciones legislativas son necesarias" para que los ayuntamientos tengan competencias en este área.

El Ayuntamiento de Mataró también ha propuesto a bancos y cajas que den en alquiler social pisos vacíos. Las cuotas serían de unos 150 euros al mes.