El Índice de Confianza Empresarial (ICE), que elabora la Cámara de Comercio de Murcia, mejora respecto al trimestre anterior en 4,6 puntos, situándose su saldo neto en -15,4 puntos.

El menor avance producido en el índice nacional, de 1,3 puntos, recorta la distancia entre ambos indicadores (el nacional es de -12,8), aunque en ambos casos continúan los saldos negativos propios de la crisis económica generalizada.

En concreto, el ICE recoge las perspectivas de casi 300 empresarios murcianos sobre el segundo trimestre de 2012 y los resultados del trimestre anterior, respecto a parámetros como cifra de negocio, trabajadores, inversión, exportación y precios de venta.

La mejora de la confianza empresarial se basa en las mejores expectativas para el trimestre abril-junio, sobre todo en lo relativo a las exportaciones, que alcanzan un saldo positivo del 47,2, mejorando los buenos resultados del trimestre anterior (+34,2).

Aunque el resto de variables se mantienen en signo negativo, sus saldos mejoran notablemente los resultados apreciados en el primer trimestre del año. Es el caso de la cifra de negocios cuyas previsiones alcanzan un -3 por ciento, frente al -18,4 del trimestre anterior.

En esta situación inciden los precios de venta, que continúan su tendencia descendente, tanto en el segundo trimestre (-9,4 por ciento neto de empresarios prevén su bajada) como en el trimestre pasado (-23,3).

Estos descensos son producto de la atonía de la demanda interna que, a su vez, deriva de factores como el elevado paro y las dificultades financieras, tanto para las familias como para las empresas, según fuentes de la institución cameral.

En la misma línea, un 10,5 por ciento neto de los empresarios espera reducir sus plantillas este trimestre, frente al 21 por ciento que lo han hecho el trimestre anterior. Igualmente, la inversión empresarial disminuye la intensidad de su deterioro del -23,7 al -16 por ciento.

La debilidad de la demanda y las dificultades de acceso a la financiación siguen siendo los principales factores que frenan la actividad de las empresas y la capacidad para crear empleo.

En tercer lugar, figura el aumento de la competencia, por sus efectos en el ajuste de los márgenes empresariales y su repercusión en los precios para mantener la cuota de mercado.

La escasez de mano de obra y la capacidad productiva instalada son factores residuales en la actual situación económica, pues hay excedentes de mano de obra y capacidad productiva instalada.

En el apartado de otras causas, los empresarios apuntan a los impagos, desconfianza económica, competencia de productos chinos y la situación económica en general.