El presidente de MSF España destaca que el instinto de solidaridad de los españoles "no desaparece con la crisis"

Lamenta los recortes en ayuda humanitaria y dice que suponen una "marcha atrás en progresos históricos de la humanidad"
Cartel De Médicos Sin Fronteras
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EUROPA PRESS
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El presidente de Médicos sin Fronteras España, José Antonio Bastos, ha valorado que los socios de la organización mantengan su apoyo en la actual situación de crisis, lo que demuestra que el "instinto de solidaridad" de los españoles "no desaparece con la crisis", sino que puede que este contexto esté haciendo a los ciudadanos "pensar más en los problemas de otros seres humanos".

Así lo ha asegurado Bastos en un encuentro con los medios en Valencia, en el que ha lamentado que la reducción de las aportaciones al Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria en 2010 y 2011 ha provocado que millones de personas hayan empezado a sufrir ya las consecuencias en países como Congo o la República Centroafricana.

En este sentido, ha explicado que en centros hospitalarios de este último país ya se han interrumpido tratamientos del VIH con antirretrovirales por falta de financiación, una situación "drástica" que equivale "a decirle a un diabético que ya no hay más insulina".

Por ello, ha recordado que al Gobierno español, que aporta una media de 200 millones de euros anuales al citado fondo, así como al resto de Ejecutivos europeos, que este mecanismo no sirve tan sólo para financiar el tratamiento del SIDA, sino que supone "una oportunidad histórica de controlar su progresión".

Bastos ha advertido de que "hoy día ya hay muchos millones de personas que han empezado a sufrir el frenazo y marcha atrás que se ha dado con este mecanismo de financiación del fondo global" y ha alertado de que la rebaja en las partidas de ayuda al desarrollo y asistencia humanitaria supone "una marcha atrás en progresos históricos de la humanidad" y aumentarán la vulnerabilidad de muchas poblaciones.

Aportación española al fondo

El responsable ha indicado que el Gobierno de Mariano Rajoy "ha dicho que sí se compromete a contribuir" al Fondo Global, aunque ha matizado que lo que le preocupa a MSF es "con cuánto". "Es diferente contribuir simbólicamente a contribuir generosamente", ha apuntado el dirigente de MSF, quien ha resaltado que esta aportación "no es un reto a la estabilidad del presupuesto nacional".

Así, ha señalado que los recortes en ayuda al desarrollo no se justifican por la necesidad de destinarlos a otras áreas, ya que "es mucho más pequeña", y tiene "un valor simbólico tanto a favor como en contra". "Decir que no vamos a pagar los fondos de contribución de ayuda al desarrollo para poder pagar a los pensionistas no es verdad, porque son cantidades muy, muy diferentes", ha insistido.

Respecto a los ajustes en materia sanitaria en España, en especial en lo relativo a la atención a inmigrantes irregulares, el presidente de MSF ha señalado que es "preocupante", ya que afectarán a una comunidad "muy desfavorecida".

Un instinto solidario que aguanta

Preguntado por la respuesta de los socios de MSF ante la crisis, ha valorado, sin querer se "optimista del todo", que a pesar de la crisis, el medio millón de personas que colaboran con la ONG de forma regular o con aportaciones esporádicas "se siga manteniendo hasta ahora". A su juicio, hay un "instinto solidario que está aguantando" entre la población española, con ejemplos "asombrosos" de personas que llaman "preocupadas" porque se han quedado en paro y deben rebajar sus aportaciones.

"La población es más solidaria y aguanta mejor la crisis manteniendo sus compromisos solidarios que los gobiernos europeos", ha indicado el máximo responsables de MSF España, quien ha apuntado, no obstante, que si la situación se deteriora, este apoyo sí podría verse afectado. A nivel nacional, la ciudad de Valencia es, tras Madrid y Barcelona, la tercera urbe en número de socios, con 15.000 colaboradores.

Zonas en conflicto

En lo que respecta a la acción de la ONG en la actualidad, el presidente de MSF España ha señalado que las zonas más conflictivas para desempeñar su labor son Somalia, Congo, Irak, Afganistán y Yemen. Al respecto, ha denunciado que la "manipulación política y militar de la ayuda humanitaria" dificulta la acción humanitaria, al asociarse esta a la propia estrategia bélica de una de las partes.

"Desde los años 90 y en la lucha contra el terrorismo, la ayuda humanitaria se ha integrado como parte muy explícita de la estrategia y de las acciones militares", ha indicado Bastos, que ha apuntado que "cualquier cosa que se haga en una situación de guerra por uno de los dos bandos, el otro bando lo interpreta como parte de la guerra".

En este sentido, ha criticado la actitud del Gobierno de Siria al utilizar los hospitales y profesionales sanitarios "como elementos en su guerra" y tomar represalias contra los profesionales que atienden heridos del 'enemigo'.

La seguridad de los cooperantes, "TERRIBLE"

Por todo ello, ha indicado la seguridad de los cooperantes que trabajan en zonas de conflicto es "terrible". "Nunca ha sido fácil acercarse a una pelea entre dos personas, ponerse enmedio y querer ayudar a uno de ellos, al que ha caido en el suelo, te puedes llevar un puñetazo", ha explicado Bastos, quien ha indicado que la labor en estas zonas "siempre es peligroso".

No obstante, ha admitido que "es más difícil hoy en día" por la percepción por parte de grupos radicales que de cualquier acción humanitaria "es parte de la ofensiva de ejércitos occidentales".

Enfermedades olvidadas

Por otra parte, el presidente de MSF España ha señalado que otro de sus 'frentes' abiertos es la investigación independiente de tratamientos para enfermedades 'olvidadas' como el chagas o la enfermedad del sueño, y conseguir que los precios de las medicinas sean más asequibles para las poblaciones afectadas.

Al respecto, ha lamentado que "los éxitos que vivimos hace 10 años en arrinconar a la industria farmacéutica" y el impulso de los genéricos" están siendo puestos ahora en peligro. "Estamos perdiendo terreno", ha advertido Bastos, que ha indicado que actualmente se está viviendo "un contraataque muy importante" por parte de las farmacéuticas.

Asimismo, ha lamentado que no se está cumpliendo el compromiso de la ONU de llegar a tratar a 15 millones de personas del VIH en 2015, un logro "muy factible que la humanidad tiene en sus manos y que estamos a punto de dejar caer".

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