Estas descuideras son tanrápidas que en muy pocas ocasiones sus víctimas han conseguido pillarlas in fraganti. Por eso los agentes del Cuerpo Nacional tienen más dificultades para detenerlas.

«Las víctimas vienen a denunciar el robo pero, si no las pueden identificar, no podemos hacer nada, sólo vigilarlas», explican los agentes. Con suerte y, si las pillan, son llevadas ante el juez aunque su detención dura poco tiempo puesto que, al tratarse de pequeños hurtos, son puestas en libertad en horas.

No obstante, la Policía Nacional tiene fichadas a 30 mujeres por este tipo de delitos. En concreto, a esta banda, formada por tres chicas jóvenes (una está embarazada) de Bosnia y Bulgaria, que ha regresado tras estar dos semanas en Valencia.

Se mueven por las zonas comerciales y turísticas: Acera del Darro, Puentezuelas, esquina de Gran Vía con la Catedral...

«Sientes una gran impotencia»

«Fue visto y no visto. Guardé la cartera en el bolso y, cuando me di cuenta, ya era  tarde. Un indigente que lo vio todo, también mi descompuesta cara, me avisó. Así que en pleno julio, y con la fresquita, comenzó mi peregrinaje por la comisaría, donde estuve un rato viendo fotografías por si había suerte. Lo peor de todo es la impotencia que sientes porque sabes que aunque les detengan al poco vuelven a la calle a hacer de las suyas».