El PSIB ha reprochado que el Govern renuncie a los 20 millones que recaudaría el impuesto sobre instalaciones que inciden en el medio ambiente, que no ha sido aprobado este miércoles en el Pleno del Parlament y que hubiera recaudado el 1% del valor patrimonial de dichas estructuras.

El PSM-IniciativaVerds-Entesa, por su parte, ha explicado que su aprobación hubiera sido "un punto de inflexión" y "hubiera demostrado que el Govern empieza a explorar fórmulas de consenso y que deja de promover la fractura social".

Desde el Govern, han señalado que el impuesto supondría un aumento generalizado de los precios porque incrementaría los costes de bienes y servicios y haría que la economía de Baleares fuese "menos productiva", porque recaería en los ciudadanos de manera indistinta, "tanto en los que más tienen como en los que menos".

El impuesto —que no ha sido aprobado— hubiera gravado a las instalaciones y estructuras de Baleares que realizan actividades de producción, almacenamiento, transformación, transporte, así como suministros de energía eléctrica y de carburantes y combustibles sólidos, líquidos o gaseosos, como también a las actividades de comunicaciones telefónicas o telemáticas.