"¿A qué sabe el Quijote?": los chinos devoraron el libro

Las claves:
  • El cocinero y artista Firo Vázquez elaboró un ejemplar comestible.
  • Fue devorado por comensales chinos, latinoamericanos y españoles.
  • Las hojas estaban hechas de harina de trigo e impresas con tinta de calamar.
El ejemplar comestible de El Quijote (EFE)
El ejemplar comestible de El Quijote (EFE)
El ejemplar comestible de El Quijote (EFE)
El acto fue uno de los más simpáticos de todos los celebrados con ocasión de la inauguración del nuevo Instituto Cervantes de Pekín, presidida por los Príncipes de Asturias el pasado viernes 14 de julio .

"¿A qué sabe el Quijote?" era el nombre del acto organizado por Firo, mitad conferencia, mitad espectáculo.

Tras una pormenorizada presentación del Quijote comestible, los asistentes al acto se comieron, página a página, el genial libro escrito por Miguel de Cervantes y publicado hace 401 años.

Ahora el libro está en vuestras células, es parte de vosotros
Firo, cuya obra literario-gastronómica despertó admiración y cuya charla excitó las papilas gustativas del público, sugirió a los comensales que "a partir de ahora, cuando les pregunten si han leído el libro, díganles que han hecho más que eso: lo han devorado".

"Ahora el libro está en vuestras células, es parte de vosotros", siguió bromeando el cocinero, que además dio a los asistentes chinos y latinos un curso acelerado sobre cómo catar un buen aceite de oliva.

No todas las páginas sabían igual, pues algunas de ellas estaban espolvoreadas con polvo de anchoa, otras con picante, ajo, azafrán, avellanas... y no faltaron páginas dulces con sabor a miel o a caramelo.

Las hojas comestibles llevaban impresas a una cara todas y cada una de las aventuras del ingenioso hidalgo, y no sólo eso, sino que además reproducían los famosos grabados de Gustav Doré, esos que con gran prestigio han acompañado durante los siglos a las sucesivas ediciones del Quijote.

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