Si hablamos de calles, Duque de la Victoria, el paseo de San Isidro y Rondilla de Santa Teresa son los puntos más críticos, una vez que ya se han cambiado las obsoletas instalaciones de la plaza Circular y Miguel Íscar.

Sin embargo, el principal motivo de las averías en la red de abastecimiento de agua no es su mal estado, sino todas las obras que se llevan a cabo en la ciudad, según los datos de Agualid.

En concreto, el 55% de todos los cortes son provocados por excavadoras, que pican las tuberías. Si bien esta cifra ha ido creciendo progresivamente, la de roturas fortuitas ha ido bajando en similares proporciones.

Desde que en 1999 Agualid instaló un sistema de control de presión para mantenerla constante en todas las tuberías de la ciudad, el número de reventones fortuitos se había reducido, de 829 a 215 en 2004. Pero el año pasado se doblaron (428).

Esto se debió a las frecuentes paradas de suministro en las Eras para poner los filtros de carbón activo. «Cuando la presión cambia, las tuberías se fatigan y se provocan averías», explican desde la empresa de aguas.