Celebrar la experiencia de llevar una joya, qué significados implícitos y connotaciones sociales tienen, el origen en los años setenta de la joyería contemporánea...

La Galería Nacional de Victoria, en Melbourne (Australia) reúne en Unexpected Pleasures (Placeres inesperados) una colección de complementos heterodoxos e imaginativos que cuestionan, mezclando materiales y conceptos, las ideas tradicionales que tenemos de las joyas.

Entre los 200 trabajos de la muestra, en cartel hasta el 26 de agosto, hay anillos de clavos oxidados, broches de papel de pared, un collar que supera en altura a la cabeza de quien lo lleva y extensiones largas y lacias que convierten la pestaña en una especie de melena.

Las creaciones, de artistas actuales de todo el mundo, reflexionan sobre la interacción de las personas con los objetos, las connotaciones culturales, la humildad de un material convertido en una gran idea y el tratamiento heterodoxo de clásicos como la plata, que puede convertirse en un brazalete de gambas que tiene más aspecto de tapa tradicional que de accesorio.

Placeres inesperados demuestra cómo un collar hecho de cápsulas de café, una gargantilla inspirada en la cadena de una bicicleta o un colgante que protagoniza una muñeca sin cabeza desprenden un atractivo muy ajeno al del oro y las piedras preciosas.