El subinspector del Cuerpo Nacional de Policía que se enfrenta a siete años de prisión, multa e inhabilitación por supuestamente haber revelado secretos a narcotraficantes y conspirar para cometer un secuestro ha negado las acusaciones que se le atribuyen ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Granada que lo enjuiciará hasta el próximo 27 de abril. "Nunca jamás he dado información a nadie que pueda comprometer a la Policía", ha indicado el mando policial, suspendido actualmente de sus funciones.

En el banquillo de los acusados se han sentado cinco hombres más, de entre 25 y 47 años, y un sexto, también inculpado, se ha declarado en rebeldía y tendrá que ser juzgado en un futuro. La Fiscalía solicita para ellos tres años de prisión por un delito de conspiración para cometer el secuestro de un narcotraficante, que finalmente no llegó a producirse. Los cinco han admitido los hechos y se han negado a declarar, tras el acuerdo alcanzado por sus abogados con el Ministerio Público, que previsiblemente rebajará su petición de pena al finalizar el juicio.

El subinspector, Antonio M.L., de 55 años, que estuvo destinado en el Grupo Operativo de Estupefacientes hasta noviembre de 2005, y después al de Robo de Vehículos, sí ha decidido declarar y ha asegurado que los contactos que mantenía con algunos narcotraficantes se debían a que eran sus "confidentes" y ha afirmado que las consultas que realizaba con su clave personal en las bases de datos policiales sólo tenían un objetivo profesional, y que es "totalmente falso" que le facilitara información a delincuentes para protegerlos de investigaciones o facilitarle la comisión de delitos a cambio de una compensación económica.

En lo que se refiere a la organización del secuestro del narcotraficante conocido con el alias de 'La abeja Maya', que el fiscal considera que programó el responsable policial y el también procesado Francisco E.V., el subinspector ha señalado que esa acusación es una "barbaridad y mentira totalmente".

Ha negado dar información precisa a Francisco E.V., que era su confidente, para secuestrar al narco con el objetivo de robarle joyas, dinero o drogas. "Yo no tenía ni la más mínima información de que estaba organizando el secuestro. Si lo hubiera sabido no tenga ninguna duda de que hubiera sido el primero en detenerlo", ha dicho el acusado al fiscal que le ha interrogado.

El mando policial, que, además de a la pena de prisión, se enfrenta al pago de una multa de 7.200 euros y diez años de inhabilitación, ha sido crítico en varias ocasiones con Asuntos Internos de la Policía, a quien ha acusado de "forzar" a Francisco E.V. a declarar contra él. Asimismo ha reconocido que a este último a veces se le gratificaba con dinero "cuando salía bien algún servicio" gracias a su información.

Ha justificado las continuas consultas sobre Francisco E.V. en las bases de datos policiales en que quería tenerlo "controlado" ya que le estaba facilitando información y los accesos también a los datos de otro presunto delincuente y a su familia en que éste había atropellado a un agente y le había partido las dos piernas y era un asunto "del que toda la Brigada estaba pendiente". "Yo no investigaba, recopilaba información, la contrastaba y la trasladaba al departamento correspondiente", ha indicado.

El acusado, que ha afirmado que desde que ingresó en el Cuerpo ha recibido medallas y felicitaciones por su trabajo incluso por parte de la Fiscalía Superior de Andalucía, ha defendido la necesidad de que la Policía cuente con confidentes. "Sin ellos, la Policía no podría funcionar", ha mantenido el procesado, que asegura que uno de sus confidentes permitió destapar el caso de la Paquitina, una traficante que simuló su muerte durante dos años para evitar entrar en prisión.

Tras su declaración, el acusado Francisco E.V., conocido con el alias de 'Paco el francés', ha admitido los hechos que se le atribuyen, es decir, conspirar para cometer el secuestro de un narco para robarle, y se ha negado a declarar. Idéntica actitud han tenido el resto de procesados, que, como el primero, se enfrentan a tres años de prisión que previsiblemente se verá rebajada tras el acuerdo alcanzado con el fiscal.

El juicio continuará el próximo miércoles con la declaración de los testigos y está previsto que concluye el viernes 27 de abril, cuando quede visto para sentencia.

Acusación de la fiscalía

Según consta en el escrito de acusación provisional del fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, el subinspector accedió "en numerosas ocasiones" durante el año 2006 a diversas bases de datos del Cuerpo Nacional de Policía utilizando su clave de acceso personal para obtener información sobre personas presuntamente involucradas en el tráfico de estupefacientes.

Estas consultas, según la Fiscalía, "carecían de motivación profesional", dado que no afectaban a la labor policial que entonces realizaba en el Grupo de Robo de Vehículos, y tenían como objetivo facilitar información acerca de la situación y los antecedentes de diversas personas y sus bienes a otro de los procesados en esta causa, identificado como Francisco E.V. en su propio beneficio "y especialmente para protegerlo de las investigaciones que la Policía pudiera estar realizando sobre él".

Con Francisco E.V. el subinspector se acabó concertando para la comisión de diferentes actos delictivos que tendrían el objetivo el robo de alijo de drogas, dinero o joyas en poder de presuntos narcotraficantes, o el secuestro de estos últimos para exigirles como rescate lo anterior.

Concretamente, el mando policial llegó a hacer a lo largo del año 2006 más de 100 consultas sobre diferentes personas en distintas bases de datos de la Policía relativas a controles policiales, antecedentes, requisitorias, reclamaciones o vehículos y sus titulares.

Además, en noviembre de 2006, Francisco E.V. y Antonio M.L. decidieron secuestrar a un narcotraficante para después exigirle como rescate dinero, joyas o droga, para lo cual reclutaron al resto de acusados, si bien finalmente no pudo ejecutarse el plan al no aparecer en el lugar previsto la víctima. El plan de secuestro fue ideado, según el fiscal, por el subinspector, que además facilitó los datos necesarios para cometer el delito, como el lugar exacto del domicilio, donde la Policía sospechaba que podía tener droga.