Jugar con fuego

Cuento tradicional de Costa Rica.
Ya han llegado el verano, el calor y las vacaciones y, con ellos, el peligro de incendios para nuestros bosques. ¡Seamos prudentes!

En los tiempos en que el Leopardo era totalmente blanco, iba todos los días a visitar al Fuego a su caverna. Los dos eran muy amigos y les gustaba charlar sobre la vida. Cierto día, el Leopardo le dijo al Fuego: «¿Por qué nunca vienes a mi casa?».

«Alguna vez he estado tentado de hacerlo, pero el peligro que conlleva me retiene en mi caverna. ¿No ves que arrasaría todo lo que pillara a mi paso?», respondió el Fuego, lanzando chispas contra el techo oscuro de la caverna.

Pero el Leopardo insistió tanto que el Fuego no tuvo más remedio que salir. Al pasar con su capa roja y brillante por la maleza, ésta empezó a arder de tal manera que se extendió hasta las ramas de los árboles, que comenzaron a retorcerse de dolor cuando las serpenteantes llamas trepaban por los troncos. Las flores y los arbustos gritaban entre chispas y humo. La mayoría de los animales tuvieron que huir despavoridos de sus refugios. Cuando el Fuego llegó a casa de su amigo, incluso tenía más fuerza, y por mucho que el Leopardo le suplicó piedad, el Fuego lo arrasó todo.

El Leopardo logró huir, pero no sin llevarse un recuerdo en su lomo blanco y reluciente: unas grandes manchas negras.

No merece la pena correr riesgos innecesarios cuando no estamos seguros de dónde nos metemos. ¡Cuidado con el fuego, que quema!

Próximo viernes: 30/Joha y el burro

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