El premio Castilla y León de las Letras 2011, el escritor José María Fernández Nieto, ha reconocido sentirse "más palentino" tras la obtención de este reconocimiento, que no ha dudado en dedicar a su ciudad y a sus vecinos.

En una breve intervención realizada desde su butaca y no leída, por problemas de salud, el galardonado ha querido rendir homenaje a las autoridades palentinas que "tanto" le han ayudado, así como a sus convecinos.

"Desde que me dieron el premio me siento más palentino", ha confesado antes de recordar al escritor vallisoletano Miguel Delibes, a quien presentó con motivo de una conferencia que éste dictó en Palencia, una ciudad "como cualquiera de las que ven la luz una mañana oyendo como toca la campana".

Su ciudad, "gozosa y sin embargo prisionera", según se recoge en unos versos que ha recitado, es "antes que palentina castellana" porque así "es más difícil que se muera".

"Una ciudad con alma de poeta que para conocerla hay que vivirla y hay que sentir", ha concluido Fernández Nieto, quien comenzó su intervención con un agradecimiento a la Junta de Castilla y León "por el aumento del prestigio que han experimentado estos premios".

Tras recordar los numerosos compromisos que, el día en que fallaron su premio, tuvo que atender con la prensa hasta la noche -"nos fuimos a la cama con un cansancio alegre y bonito"—, el escritor ha tenido también un recuerdo a las organizaciones que le trasmitieron su felicitación.

Así, no ha escatimado en elogios para la Asociación Española de Farmacéuticos de Artes y Letras, de la que fue cofundador y presidente, así como a las instituciones que presentaron y apoyaron su candidatura.

A las palabras de agradecimiento a la Academia castellanoleonesa de Poesía, de la que también fue fundador, el premio Castilla y León de las Letras 2011 tuvo un recuerdo para "los suyos" y para las instituciones de Palencia, Ayuntamiento y Diputación, que en las últimas décadas "sólo han tenido palabras de atención, homenajes y nominaciones" y que han editado toda la revista Rocamador, de la que fue fundador y de la que recordó a Marcelino García Velasco Y Carlos Urueña, que le ayudaron en su promoción.

Su pueblo natal, Mazariegos de Campos, ubicado en el "corazón" de Campos, del que se fue a los dos años con su familia, ha sido no obstante escenario de su vida, según reconoció.