La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, aseguró este viernes que cuando deje la Presidencia de la Comunidad de Madrid volverá a sus orígenes relacionados con el Turismo, área en la que es técnico del Estado.

"Mi profesión antes de la política es el Turismo, soy técnico de Información y Turismo del Estado y cuando deje esta Presidencia volveré a mis destinos", dijo la dirigente madrileña en la presentación de una red de información turística.

De esta forma Aguirre descarta, en principio, permanecer en la política activa cuando concluya el que es su tercer mandato al frente del Gobierno regional, una responsabilidad que revalidó en mayo de 2011 y que concluirá en 2015. Cuando lo haga, la dirigente habrá acumulado 12 años como presidenta y tendrá 63 años.

Aguirre lleva desde noviembre de 2003 en la Presidencia de la Comunidad de Madrid, después de haber sido presidenta del Senado, ministra de Educación y concejala en el Consistorio de la capital, entre otras cosas.

Comenzó su carrera en la Administración en 1976 accediendo al Cuerpo de Técnicos de Información y Turismo tras superar una oposición. Tras ocupar varios cargos desempeñó su primer cargo público en 1983 en el Ayuntamiento de Madrid. Aquí fue concejal de Medio Ambiente, de Cultura y llegó a ser la portavoz.

Dió el salto a la política nacional en 1996, con su elección como senadora por Madrid en las Elecciones Generales celebradas el 3 de marzo de ese año. Dos meses después, José María Aznar la eligió para hacerse cargo del Ministerio de Educación y Cultura en el primer Gobierno del Partido Popular (PP), hasta que el 18 de enero de 1999 pasó a convertirse en la primera mujer que preside el Senado. En marzo de 2000, repitió elección para la Cámara Alta, convirtiéndose en la senadora más votada de España.

Aguirre, sin embargo, no tiene formación en Turismo, sino que es licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.

De hecho, recientemente -y según publicó el diario Expansión- se ha registrado como abogada fuera de ejercicio en el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM), justo antes de que entrase en vigor la nueva legislación que supondría la necesidad de tener un máster, haber hecho prácticas y superar un examen final para poder ejercer.