El candidato socialista a las presidenciales francesas, François Hollande, se mostró cauteloso pese a la ventaja que le dan los sondeos y se mostró confiado en atraer incluso a los votantes de su gran rival, el presidente Nicolas Sarkozy.

Durante su último mitin, en Burdeos, antes de la primera vuelta electoral de este domingo, Hollande dijo que aunque "de momento el sol está en el lado de la izquierda" y él cuenta con el clamor de sus votantes para detener "los nubarrones" que puedan llegarle en ese hipotético mandato, no se debe confiar en los sondeos y hay que ir a votar en masa este 22 de abril.

"Nada nos parará hasta el 6 de mayo", aseguró el candidato, quien consideró que la alternancia será una "suerte de cólera contra las injusticias, el desorden de las finanzas y contra tantas faltas a los valores de la República" registrados en este quinquenio de gobierno de Sarkozy.

"La democracia no es una apuesta", señaló el socialista, para quien "jamás Francia, la izquierda y Europa se han jugado tanto" como en estas elecciones, en las que se mostró esperanzado que se le dé al país "un sucesor" del expresidente François Mitterrand.

En Europa "se nos ve, se nos espera, se preguntan qué van a hacer los franceses, si van a cambiar para cambiar Europa, o si van a imponer la austeridad", recalcó el político, haciendo hincapié en que los votantes tienen esa responsabilidad en su mano.

Hollande añadió que se presentó a las elecciones por tener la confianza de que correspondía a lo que deseaba la población francesa.

"Un candidato normal para una presidencia normal, porque lo que ha pasado en estos cinco años es profundamente anormal", dijo.

En un encuentro en que el abundaron las críticas a Sarkozy, el socialista condenó la "falta de respeto" a las promesas anunciadas, y se comprometió a reformar "profundamente el país", a responder a las urgencias y a no prometer lo que no pueda cumplir.

"No tenemos la necesidad de asustar a nadie. Somos la izquierda que quiere unir a los franceses. Eso se llama patriotismo", recalcó el favorito en todos los sondeos, consciente de que tiene ante sí "todos los miedos que van a ser agitados".

Hollande insistió en que "la izquierda puede volver porque la derecha ha fracasado" y afirmó que "Francia es un pueblo libre que no deja determinar su futuro bajo la presión de las finanzas".

"Le corresponde a la izquierda demostrar que hay otra vía que no sea la austeridad", señaló en ese discurso, en el que sostuvo que aceptará a los votantes de Sarkozy, "porque para unir a Francia hay que juntarla".

El candidato socialista propuso también que una parte del ahorro de los franceses pueda ser movilizada "para la industria, la vivienda y la deuda", como medida para depender menos de los mercados.

"Las finanzas son tanto más dominantes cuanto más dependientes somos de sus aportaciones. La mejor manera de ser independientes es librarnos de ellas. Hay otras maneras de ponernos en situación de afrontarlas y de no autorizar productos que no tienen relación con la economía real", indicó en una entrevista concedida a Canal+.

El socialista indicó en ese sentido que en su lucha contra las finanzas especulativas,  además de llevar a cabo una reforma bancaria para separar las actividades especulativas, pretende que pueda ser utilizado el ahorro de los franceses.

"Tengo la idea de que ese ahorro, que se encuentra en un nivel muy elevado, del 17% de los ingresos, pueda ser movilizado para la industria, la vivienda y la deuda, de forma que cuanto más se tome prestado de los franceses, menos se tome prestado de los mercados", indicó, no sin advertir de que esto no debe hacerse de cualquier manera.