¿Y si la modelo de la Venus de Boticelli fuese una chica de hoy y no de 1484? Las caderas rotundas, el vientre redondeado y los brazos con cada una de sus curvas marcadas, desde luego, no pasarían el corte.
La artista italiana Anna Giordano —su web estaba de "retiro ascético" a la hora de redactar esta información— ha adaptado a unas cuantas Venus de la pintura clásica, un personaje que sedujo a pintores del Renacimiento y el Barroco (Velázquez, Ingres, Tiziano, Cabanel...), para que parezcan Venus de ahora. El resultado es, como podía esperarse, una constatación de que los cánones de la belleza, en este caso femenina, han cambiado radicalmente.
Barriguitas cóncavas, mujeres escuálidas
Con el uso de Photoshop, Giordano ha estrechado caderas y muslos, convertido en cóncavas las barriguitas, estirado brazos, piernas y cuellos y aumentado el volumen de los senos (ahora se llevan grandes y redondos). Tras la actualización, las diosas contundentes y bellas del pasado son mujeres escuálidas que entrarían sin problema en las tallas cero de los fabricantes de moda pronta y ropa en serie.
"Estaba retocando fotos para el libro de un amigo, jugando con los tonos de la piel y usando paletas de corrección... Me di cuenta de que lo que hacía era un reflejo de lo que pasa en la sociedad y en los social media, de la necesidad de ser aceptada", explica la artista, que vive entre Milán y Nápoles y que con su proyecto ha provocado una polémica periodística en Italia.
Comportamientos no saludables
Una vez establecido que el arte "siempre ha intentado buscar el ideal físico de belleza" y que éste que "ha evolucionado a través de la historia desde las proporciones clásicas de la antigua Grecia a la próspera belleza del Renacimiento, el aspecto larguirucho de modelos como Twiggy o el atlético de nuestros días", Giordano entra en una reflexión más profunda sobre la forma en que determinados comportamientos no saludables son motivados por la influencia de la publicidad y los medios de comunicación.
Cuando empezó a trabajar con la modificación de las representaciones pictóricas de Venus quería "estimular el debate" sobre "algunos asuntos delicados". Aunque lo primero que llama la atención en su proyecto es el obvio "cambio del canon de belleza y la subjetividad de la belleza como ideal", la artista pretende señalar hacia "debates más importantes", como el "uso masivo de programas de edición fotográfica en publicidad", el papel de los medios de comunicación en la "consolidación de estándares de belleza" y su influencia en el avance de "enfermedades terribles como la anorexia y la bulimia".
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