De los once 'empalaos' dos de ellos eran mujeres y, al igual que los hombres, han salido a procesionar con sus brazos amarrados con sogas a un madero que cargaban sobre su espalda, quedando abiertos en forma de cruz y cubiertos con telas blancas, como marca la tradición extremeña.

Además, también llevaban el torso amarrado con la soga, mientras la cara de los 'empalaos' permanecía tapada, para preservar el anonimato de quienes han recorrido las calles de la localidad pacense un lunes más de Semana Santa después del Domingo de Ramos, como marca la tradición.

A su vez, los once 'elegidos' para caminar en esta procesión junto al Cristo de la Vera Cruz, portaban una corona de espinas, dos espadas y grilletes con cadenas sujetos a los tobillos, con el añadido de que la mayoría iban descalzos, cumpliendo aún una mayor penitencia según sus promesas.

Los 'empalaos' han estado acompañados por cofrades del Cristo de la Vera Cruz y de numerosos penitentes, que vestían hábito negro, y, además, algunos portaban cruces de madera e iban descalzos. También éstos arrastrando cadenas. Por su parte, los vecinos del municipio que acudieron a la procesión llevaban velas para iluminar el recorrido en plena noche.

Asimismo, precediendo a la imagen del Cristo de la Vera Cruz también ha salido en procesión un grupo de Caballeros de la Orden del Temple, uniformados y abriendo camino al paso durante todo el recorrido por las calles del municipio pacense.