Los piquetes piden a los comerciantes que se "solidaricen" con los trabajadores ante la reforma laboral

Grupos de piquetes recuerdan a negocios del centro de Santander los efectos de los despidos sobre el consumo
Piquetes En El Centro De Santander
Piquetes En El Centro De Santander
EUROPA PRESS
Piquetes En El Centro De Santander

Los piquetes sindicales han recorrido esta mañana el centro de Santander para pedir a los comercios que se "solidaricen" con el resto de trabajadores y se sumaran al paro, recordándoles, además, los efectos del desempleo sobre el consumo, lo que ha provocado momentos de tensión en algunos casos ante la negativa de los responsables de los negocios a cerrar.

Por ejemplo, en una zapatería del centro de Santander, la dueña ha debatido con un sindicalista, al que le ha pedido que "piense en los demás", algo que los miembros del piquete le han explicado que era precisamente lo que intentaban hacer con sus acciones.

Mientras desde el colectivo sindical preguntaban a la dueña del comercio si estaba de acuerdo con la reforma laboral, ella les respondía que abría para conseguir dinero "para mis hijos" y les ha emplazado a acudir a protestar a las grandes superficies comerciales.

Fuera, el resto de miembros de ese grupo gritaba "si no salen, entramos todos" y, al entrar en el comercio, "huelga general, huelga general", el mismo lema que han coreado en el resto de las tiendas en las que entraban para tratar de forzar su cierre.

En este establecimiento, la tensión se incrementó cuando uno de los empleados de la tienda debatió con uno de los piqueteros, y ambos se intercambiaron insultos, —"matón" y "explotador", respectivamente—, mientras los compañeros del piquete siguieron insultando al empleado, para acabar marchándose, alegando que "esta gentuza no quiere que estemos aquí".

Aunque finalmente, tras advertirles de que "seguirles apoyando y ya os tocará" o de que "no podéis estar toda la vida igual", miembros del piquete y empleados de la tienda se han despedido instándose mutuamente a "pasar una buena jornada".

Enfrente, en la misma calle, los piqueteros prorrumpieron en aplausos cuando consiguieron que una franquicia de moda juvenil bajara las persianas metálicas y cerrara.

La comitiva, compuesta por unas 200 personas, ha seguido su trayecto por la principal arteria del centro de Santander, desde donde iban desplazándose hacia los comercios que veían abiertas, como una tienda de ropa interior que lograron cerrar, al igual que una cafetería, a la que le plantearon que "el día que la gente no tenga dinero, a ver qué va a hacer".

Ese argumento es el mismo que han empleado en una tienda de juguetes del centro de Santander, en la, tras entrar y tirar al suelo octavillas sobre la reforma laboral, han señalado a su dueña que los comercios "viven del consumo".

La responsable del comercio, al ver que habían cerrado la puerta, les ha espetado que "la puerta la cierro yo", y les ha instado a marcharse.

Tras una debate sobre la reforma laboral en el que los piqueteros han recordado que ellos no cobrarán ese día de trabajo, y han apuntado que el resto de los empleados de la tienda trabajan ante las "amenazas" de los dueños, finalmente, se han marchado.

En ese momento, han confluido en el centro de Santander los piqueteros con los miembros del Sindicato de Estudiantes que, con lemas relacionados con la situación de la enseñanza pública, han desplegado una pancarta contra la reforma laboral.

Ambos grupos han marchado hacia el punto desde el que partió este piquete, el edificio de Ministerios, —en el que a primera hora se produjeron incidentes—, coreando "Obreros y estudiantes, unidos y adelante" y cantando "Hacia falta ya una huelga general".

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