No son de la misma opinión los trabajadores de las floristerías cercanas al centro médico, que ven en esa opción un descenso de clientes.

Según fuentes del hospital, si la máquina se pusiera, es probable que se ubicara en maternidad o en el pabellón general, donde hay más personas, pero no podría vender macetas, porque la entrada de tierra está vetada en el centro por higiene.

Amparo Gómez. 38 años, pensionista.

«Aunque yo no suelo comprar flores porque se mueren muy pronto, si estuviera la máquina en el hospital, las compraría si fueran más baratas que en las floristerías. Creo que va a generar mucha competencia».

Antonio López. 75 años, pensionista.

«Afortunadamente, no vengo mucho por el centro, pero creo que es algo muy útil si tuviera que venir a visitar a alguien. Me parece muy buena idea que pongan una máquina en el recinto del hospital».

Mª Mercedes Gamborino. 92 años, jubilada.

«Prefiero las floristerías normales. Lo más probable es que los ramos ya fabricados no me gustaran nada, porque yo sé cómo se arreglan los ramos y seguro que no serían ¡guales que los de las tiendas».