"Cuando salga os voy a cortar a cachitos". Pedro Reche no logra olvidar la amenaza de muerte proferida por el ladrón, tras ser detenido la quinta vez que asaltaba la farmacia de su hija, en la calle Guipúzcoa, número 98 (Sant Martí) el 16 de junio. Era la segunda vez en una semana.

Con su hijo logró fustrar el atraco tras perseguir al individuo "sobradamente conocido", ya que cuenta con una fotografía en el archivo policial "de habituales".

Minutos antes, el mostrador le había salvado de recibir dos puñaladas en el abdomen.

Desesperación

"En el juicio contra su asaltante" –al que se encontró cara a cara en el vestíbulo– "parecía que los delincuentes éramos nosotros", cuenta Pedro, por ello, "tras el último susto", ahora es uno más en las concentraciones vecinales con velas que surgen en Sant Martí para protestar "por el incremento de atracos".

"Veo que no soy el único", afirma Reche, pero eso no le consuela.

"En mi casa ya no dormimos, ni estamos por el trabajo". Una situación común a las 200 denuncias que los vecinos han ido recopilando de tiendas, bares, farmacias y otros comercios que han sido atracados, "para desmentir las estadísticas de la policía". En Sant Martí, se cuentan dos atracos al día.

No se sabe cuantos mossos hay

Es una incógnita que mantiene la Oficina del Portaveu. No se divulga el número de efectivos "porque oscila".

Hace siete meses, en una entrevista a 20 minutos, el inspector Toni Sánchez aseguraba que Sant Martí "tendría 150 efectivos".

La cifra despierta hilaridad en los vecinos y afirman que deben "esperar dos horas sólo para poner una denuncia", y que los agentes les dicen que "sólo hay dos coches para todo el distrito".