"Los viejos relatos son historias eternas que hablan de la vida actual del hombre", ha manifestado Gustavo Martín Garzo. Por ello, el escritor publica Y que se duerma el mar (Lumen), una novela en la que recurre de nuevo a la temática bíblica para "devolver a la Virgen María al mundo literario".

Tras casi veinte años desde la publicación de El lenguaje de las fuentes, cuyo relato se centra en la vida deJosé, Garzo recupera la figura de María para cumplir el deseo de recrear su infancia y su juventud.

Además, según ha explicado, la madre de Jesús aparece aquí con una imperfección que le dota de "humanidad": le falta la mano derecha.

La narración comienza con el nacimiento de María, a quien el autor describe en sus páginas como "una muchacha sensible, normal y corriente, a quien le suceden cosas que no termina de entender muy bien". "Quería bajarla del ideal de los relatos y de las vidrieras para descenderla al nivel de la tierra", argumenta.

La idea de la imperfección física nace como un símbolo o una alegoría que "define lo que somos como seres humanos: sentirse incompleto". Para el escritor, el hombre nunca está hecho, por lo que su vida se convierte en "una búsqueda de aquello que le falta, pero también en una pérdida".

Aunque este libro esta lleno de "fantasía e historias inventadas", Garzo afirma que es "fiel a la historia tal y como se cuenta en los evangelios", con el propósito de que las invenciones "no fueran arbitrarias". Sin embargo, trata de liberar a María del "lugar doctrinal" para devolverla al "lugar de la vida".

Al fin y al cabo, para el autor de Y que se duerma el mar la historia de la madre de Jesús es la de "un cuento de hadas" y, precisamente, esos son los relatos que explican "la vida". "Las historias aspiran a ordenar el mundo", sostiene.

A su juicio, "la literatura es atrevimiento" y esa es la "gran virtud del relato: llevarte a lugares donde todo se ofrece".

En el caso de María y José, Garzo vio la necesidad de contar la vida de unos personajes "muy literarios" y que, sin embargo, han permanecido en la Historia "silenciosos". "No sabemos cuáles son los pensamientos de María, no dice nada", señala.

La gran cantidad de cuadros, composiciones musicales y "las palabras más excelsas" que se han dedicado a la madre de Jesús a lo largo de los siglos ponen de manifiesto que "algo habrá en su vida para que el hombre haya dedicado tanto tiempo".

La temática que persigue la necesidad literaria de este escritor versa sobre la "infancia, la naturaleza, la vida como misterio y las preguntas que rodean el dolor". Según afirma, quien conoce su obra sabe que en sus páginas siempre tiene cabida "lo maravilloso y la maternidad, tan reveladora y esencial".

En este caso, narra una historia llena de "momentos dolorosos", de "búsqueda de sentido" y de "muerte". "Vivimos pensando que merece la pena, pero la vida niega esto con un desastre tras otro. Sin embargo, a pesar de ello vivimos con ese anhelo, como si fuera una aventura que hay que vivir", señala.

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