Al menos 39 personas murieron y 188 resultaron heridas este martes en una cadena de ocho atentados con coches bomba en varias ciudades iraquíes, entre ellas, Bagdad, Kirkuk (norte) y Kerbala (sur), informaron fuentes policiales.

El atentado más mortífero se registró en Kirkuk, 200 kilómetros al norte de la capital, donde al menos once personas perdieron la vida, entre ellas diez policías, y otras 30 resultaron heridas por el estallido de dos vehículos cargados con explosivos.

Otros dos coches bomba explotaron de forma consecutiva en Kerbala, 110 kilómetros al sur de Bagdad, cerca de una comisaría, lo que causó dos muertos y 28 heridos.

Asimismo, un suicida a bordo de un vehículo con explosivos lo hizo estallar en el centro de Al Hila, 100 kilómetros al sur de la capital, en un ataque que dejó dos víctimas mortales y 30 heridos.

La fuente agregó que al menos un civil perdió la vida y otros ocho resultaron heridos por la detonación de un coche bomba, también conducido por un terrorista suicida, en la zona de Al Alaui en el centro de Bagdad.

Además, hubo tres explosiones de coches bomba contra distintos objetivos en la provincia de Salahedín, al norte de la capital, donde sufrieron heridas doce personas, entre ellas varios agentes del orden y ocho profesoras.

Irak vive un repunte de la violencia desde la retirada de las tropas estadounidenses, el 18 de diciembre pasado, y la emisión, un día después, de una orden de arresto contra el vicepresidente suní, Tareq al Hashemi, por supuestos delitos de terrorismo.

Esa orden de detención ha desencadenado una profunda crisis política, agravada por los numerosos atentados perpetrados contra objetivos chiíes y contra los cuerpos de seguridad.