Ninguna mujer muerta por violencia machista este año en Cataluña había denunciado

Ninguna de las siete mujeres que han muerto en lo que va de año en Cataluña víctimas de la violencia machista (una cifra negra que rebasa todo pronóstico) había denunciado antes a su pareja, según datos de la Conselleria de Interior recogidos por Europa Press.

Según ha explicado la cabo del grupo central de los Grupos de Atención a la Víctima (GAV) de los Mossos d'Esquadra, Andrea García, se trata de mujeres que no han llegado al circuito judicial ni al policial, o bien por no haber sido agredidas antes de su homicidio, o bien por la negación de la situación a la que están sometidas.

"Son mujeres que se encuentran en un proceso de inconsciencia de la violencia que ejercen sobre ellas. La justifican o la minimizan y, de alguna manera, no son conscientes del propio riesgo que tienen", ha argumentado Garcia.

Esta dificultad se explica por el fuerte vínculo emocional que existe entre la víctima y el agresor, ya que no siempre se han divorciado o separado: "Detectamos que algunas víctimas no asumen el hecho de que denunciar comporta una separación, que deben empezar un proceso de desvinculación a través de las órdenes de alejamiento y, a veces, no están emocionalmente preparadas para ello".

Actualmente todas las comisarías de Mossos d'Esquadra de Cataluña disponen de una sección especializada de GAV, donde trabajan un total de 189 profesionales que se encargan de informar, escuchar y asesorar a estas personas, e iniciar acciones legales de oficio para protegerlas y evitar escenarios de maltrato.

García explica que el discurso de las mujeres cuando acuden a comisaría ya denota en qué punto del ciclo de la violencia se encuentran, una información que les permite poder actuar más efectivamente.

El citado ciclo, agrega la cabo, consta de cuatro fases: primero se produce una acumulación de la tensión entre el agresor y la víctima que deriva en una explosión de la violencia que puede traducirse en un maltrato físico o verbal, por lo que la víctima se puede encontrar en estado de shock, sin saber cómo actuar.

En este punto se llega a la "luna de miel" (la reconciliación entre la pareja) un convencimiento que muchas veces se convierte en un nuevo inicio del ciclo: el retorno a la violencia, concluye Andrea García.

Para evitarlo, el nuevo Plan integral contra la violencia machista mejora la operativa de trabajo de los GAV a través de nuevas herramientas como un programa informático (ahora en fase de prueba piloto) que, por primera vez, testará el grado de riesgo en el que se encuentran las víctimas en una escala de alto, medio y bajo.

Estos grupos también ayudarán en la instrucción del resto del cuerpo policial, desde al agente de patrulla al operador de sala, para que conozcan los protocolos de actuación y puedan "atender con calidad a las víctimas".

Este plan más incisivo llega cuando ya se han contabilizado siete muertes en solo tres meses este 2012, mientras que, según datos de Interior, durante todo el 2011 murieron 10 mujeres y en 2010 se contabilizaron 13.