El Juzgado de lo Penal número 4 de Santander ha condenado a un hombre y una mujer, ambos, hermanos, que agredieron a los agentes de la Guardia Civil que se acercaron a ellos porque la mujer se encontraba tirada en la calzada en medio de la lluvia.

La sentencia condena al acusado al pago de una multa de 600 euros, por una falta contra el orden público, mientras a la hermana de éste y también procesada le impone una pena de 14 meses de prisión por un delito de atentado a la autoridad y también la condena a indemnizar en un total de 1.386 euros a los tres agentes a los que agredió.

Los hechos por los que han sido condenados E.M. y M.F., ambos, de nacionalidad extranjera, ocurrieron sobre las 2,45 horas del 12 de junio de 2011, cuando dos agentes de la guardia civil que se encontraban de servicio patrullando por la localidad cántabra de Noja, se dirigieron a los acusados dado que la imputada estaba tirada en la calzada pese a la abundante lluvia que caía y su hermano se encontraba efectuando aspavientos.

Sin embargo este último les dijo que allí "no pintaban nada" y que "se fueran a tomar por el culo", por lo que tras identificarlos y comprobar que a la mujer no le ocurría nada, los agentes abandonaron el lugar.

Sin embargo, pasados unos minutos, y toda vez que dichos agentes observaron a los acusados en un vehículo que iba derrapando, les dieron el alto, requiriendo la documentación al conductor, quien, tras negarse a ello, se bajó del vehículo y se encaró con los agentes, que optaron por solicitar refuerzos, personándose en el lugar otra patrulla.

Ambos acusados se dirigieron a los agentes con insultos y cuando el imputado estaba siendo cacheado por dos de ellos, su hermana propinó una patada en el muslo izquierdo a uno de los guardias, lo que fue aprovechado por el procesado para empujar al agente que le cacheaba y emprender la huida hacia su domicilio, procediendose a la detención de ambos.

Al ser informada de su detención, la imputada reaccionó dirigiendo un escupitajo hacía una agente, por lo que tuvo que ser sujetada, si bien en el curso del forcejeo que se produjo para contenerla, propinó una patada en la pierna y arañazos a un guardia civil y un golpe en el ojo y codazos a la agente, a la que también propinó varias patadas en el estómago cuando intentaba introducirla en el vehículo oficial, al tiempo que la amenazaba con "pegarle dos tiros", mientras su hermano aseguraba "que conocía gente que sabía de eso y que se iban a cagar".

A consecuencia de los acometimientos de que fueron objeto por parte de la acusada, tres agentes resultaron lesionados por policontusiones, arañazos, hematomas y otras contusiones, por los que tuvieron que ser atendidos.