La leyenda de William Wallace, el personaje histórico que popularizó Mel Gibson a través de su oscarizada película Braveheart, tendrá su propia serie de televisión. Así lo ha anunciado STV Producciones, la productora que ha ideado el proyecto en asociación con Digital Rights Group y Nine/8 Entertainment.

"Esta fue una época turbulenta en la historia de Escocia. Una época en la que William Wallace tuvo un papel protagonista y fundamental", ha explicado Alan Clements, uno de los productores de la serie, en unas declaraciones a The Hollywood Reporter.

Clements ha añadido que el equipo de la ficción tiene la intención de "profundizar en este personaje y explorar sus pasiones porque consideran que Wallace es la representación más cruda y espectacular de la realidad escocesa".

"En el actual clima político, con todos los ojos puestos en Escocia, nos pareció un momento muy adecuado para contar esta historia con más profundidad", concluye el creativo.

Mick Davis (The Eleventh Hour) escribirá el guión de la serie y participará en la producción del proyecto. El mismo escritor ha adelantado que la serie se centrará "en los años que Wallace pasó tratando de unificar Escocia, en sus amores y pérdidas", así como en las batallas en las que luchó.

A través de un acuerdo con STV Producciones, la asociación Creative Scotland va a invertir en el proyecto a través de su Fondo de Desarrollo para la promoción de Escocia.

No es la primera vez que una película taquillera inspira una serie de televisión, de hecho es algo frecuente. Ocurrió por ejemplo con la película Stargate (1994), que dio origen a tres secuelas en forma de series: Stargate SG-1 , Stargate Atlantis y Stargate Universe.

Los inmortales (1986), con su historia de duelos eternos, también tuvo su reflejo en televisión, con una secuela del mismo título que estuvo seis años en emisión.

En España también se han dado casos de este fenómeno. Después de saltar de las páginas de El Jueves al cine, Makinavaja se convirtió en serie de televisión de la mano de TVE en 1995, con Pepe Rubianes como protagonista. Lo mismo pasó con Todos los hombres sois iguales (1994) que cambió a Imanol Arias y Antonio Resines en el cine por su versión televisiva en 1996 con Josema Yuste y Luis Fernando Alvés.

Pero es en la animación donde más casos encontramos de películas que han acabado teniendo una secuela en forma de serie, sobre todo en la factoría Disney, experta en rentables secuelas. Pasó con El emperador y sus locuras, que se convirtió en Las nuevas locuras del emperador en televisión. Los revoltosos Lilo y Stitch también tuvieron su serie de dibujos animados, entre otras muchas.

Algunos personajes de animación han resultado tan carismáticos que han acabado siendo los protagonistas de su propia serie. Tras su aparición en Madagascar (Dreamworks), los intrépidos pingüinos lograron su propia ficción, llamada Los pingüinos de Madagascar.