A pesar de estas trágicas muertes que quedan grabadas como simple estadística, los datos de Córdoba comienzan a ser algo halagüeños. En los últimos diez años el número de fallecidos ha ido descendiendo progresivamente y en 2005 se registraron un 25% menos de muertes que en 2003 por ejemplo, donde hubo hasta 82 difuntos, y un 47% menos si nos remontamos hasta 1993 (117).

Además, 2004 fue el mejor año en cuanto a accidentes mortales se refiere, cuando las imprudencias al volante registraron «únicamente» 61 personas fallecidas.

En lo que va de año, y a falta de los meses de verano (periodo en el que se registran más accidentes), las cifras van camino de superarse. Las carreteras se han cobrado hasta el momento 13 víctimas en 12 accidentes mortales.

En la provincia se producen cada año más de mil accidentes de circulación. Entre el 85 y el 90% de los que registran muertos se dan en carreteras secundarias, autovías o autopistas y sólo un 10% en zonas urbanas.

Sobre alcohol y puntos negros

La Dirección General de Tráfico tiene localizados en las carreteras de la provincia hasta 20 puntos negros (lugares en los que durante un año natural se hayan detectado tres o más accidentes con víctimas). Existen siete en la A-4, cuatro en la A-340, tres en la N-331, dos en la N-432 y uno en la N-IV, en la N-502, en la A-479 y en la A-431. El otro punto negro de los accidentes es el alcohol. Según el Instituto de Estudios de las Adicciones, el alcohol provoca la mitad de los accidentes en España. Aún más, expone que dos de cada tres jóvenes viajaban como copilotos de un conductor ebrio.