“¿Qué dirán ahora los esnobs que menospreciaron esta versión comparándola con la inglesa?”. La pregunta la formuló Luis, asiduo del West End y también espectador de la última producción en español de Los miserables, el 26 de enero. Fue cuando sir Cameron Mackintosh anunció que el argentino Gerónimo Rauch interpretará el papel protagonista del musical en Londres desde mediados de junio. Es decir: el productor del género más exitoso del mundo, padre del montaje en cuestión, ha elegido al actor que da vida a Jean Valjean en Barcelona para que lo haga también en la ciudad del Támesis, donde se estrenó el show. Ahí es nada.

Basado en la novela homónima de Victor Hugo, el musical se representó por primera vez en inglés en el londinense Barbican Theatre en 1985. En su vigesimoquinto aniversario, Mackintosh llevó a cabo una revisión del espectáculo que se estrenó en España en noviembre de 2010. Los miserables permaneció en la cartelera madrileña durante unos ocho meses, en los que registró un 95% de ocupación media. A Barcelona llegó con algunos cambios en el ensemble, pero sin reemplazos en los nueve roles principales.

Y entre quienes encabezan el elenco hay dos barceloneses: Ignasi Vidal, cuya fuerza vocal imprime carácter al policía Javert, y Lydia Fairen, que aporta un magnífico torrente de energía a la joven Éponine. Aquí, además, el espectáculo ha ganado enteros en lo relativo a la acústica, pues voces y orquesta se escuchan con gran nitidez en el BTM.

Los miserables se articula en torno a una serie de melodías que se van repitiendo como leitmotivs. Ambientado en la Francia del siglo XIX, su libreto narra la historia de Jean Valjean, un hombre al que le conceden la condicional tras cumplir condena durante dos décadas por haber robado un pedazo de pan. Todos le tratan con desprecio, pero el obispo de Digne decide acogerlo en su casa y, a pesar de que le roba, exculparlo públicamente, lo que cambiará la vida de Valjean.

Música, combates, amor, venganzas, injusticias y un toque de humor forman un espectáculo atractivo y equilibrado. Por eso y por la altísima calidad artística del montaje, las funciones acaban con una ovación y el público aplaudiendo de pie.

Pero este domingo el telón de Los miserables se bajará por última vez. Entre las pocas oportunidades que restan, pues, para disfrutarlo, habrá una muy especial esta misma tarde. La recaudación procedente de la función de este martes (a las 20.30 horas) se destinará a apoyar a la Fundación Josep Carreras en su lucha contra la leucemia.