Operación: pagar menos

Las claves:
  • Eficiencia: Fijándonos en el etiquetado al adquirir un nuevo electrodoméstico, podemos reducir el consumo energético.
El etiquetado en los prodctos es obligatorio. (Luis Frutos)
El etiquetado en los prodctos es obligatorio. (Luis Frutos)
Luis Frutos
El etiquetado en los prodctos es obligatorio. (Luis Frutos)
La factura eléctrica se incrementará desde el día 1 un 0,8%, aproximadamente, lo que supondrá 1,40 euros al mes para un usuario medio.

A día de hoy, los hogares españoles gastan unos 1.200 euros al año en energía, de la que se derrocha casi un 10%, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

Para evitar este desperdicio, la Unión Europea regula mediante etiquetas la eficiencia energética de los electrodomésticos, una medida que nos puede resultar muy útil a la hora de ahorrar en casa.

La etiqueta es un documento obligatorio que deben incluir todos los fabricantes de electrodomésticos después de pasar unas pruebas homologadas. Existen siete etiquetas, desde la A –la más eficiente– hasta la G, para aparatos que consumen hasta tres veces más. Por eso, aunque los primeros son más caros, la diferencia de precio se amortiza en pocos años.

Lo que más gasta

Iluminación: Supone cerca de un 40% de la energía consumida. Es recomendable cambiar las bombillas incandescentes por lámparas de bajo consumo. Aunque son más caras, con ellas se ahorra hasta un 80% de energía y duran ocho veces más.

Frigorífico: Consume casi el 20% de la electricidad, ya que funciona ininterrumpidamente. Existen dos nuevas clases: la A+, que consume menos del 42% de la media, y la A++, con un consumo por debajo del 30%. Uno de estos últimos aparatos gasta 30 euros anuales en electricidad, mientras que otro de la clase G gasta 123 euros.

Televisor: Aunque sus fabricantes no están obligados a especificar su eficiencia, su consumo es considerable. Es recomendable apagarlo completamente, ya que si se hace sólo con el mando a distancia, algunos componentes siguen conectados y pueden consumir hasta el 80% del consumo pese a estar apagado.

Lavadora: El 98% de los hogares tiene una, que se utiliza de tres a cinco veces a la semana. Un 85% de la energía que consumen se utiliza para calentar el agua, por lo que es recomendable utilizar programas fríos. La clase A consume 25 euros al año, mientras que la G gasta 57 euros.

Lavavajillas: Existen modelos que pueden lavar a media carga, ahorrando así hasta un 30% de energía. Los gastos anuales de lavavajillas de las clase A y G son de 50 y 114 euros, respectivamente.

Cocina y horno: Si la cocina es eléctrica, hay que utilizar cazuelas más grandes que las placas, ya que si se dejan al aire se pierde la mitad de la energía consumida. Siempre que se pueda conviene utilizar el microondas. Ahorra tiempo y consume menos.

Otros consejos

Limpieza: La parte trasera de los electrodomésticos debe mantenerse limpia y ventilada. En malas condiciones pueden consumir hasta un 15% más.

Aire acondicionado: La factura de la luz bajará un 2% por cada grado que aumentes. Utiliza inteligentemente las corrientes naturales de aire para reducir su uso.

Escarcha: Es un elemento aislante que hay que evitar a toda costa. Controlándola se puede bajar el consumo del frigorífico hasta un 30%.

Llenos: Es fundamental utilizar la lavadora y el lavavajillas con la carga completa y realizar labores de prelavado para ahorrarles tiempo de funcionamiento.

Polvo: Limpiar las pantallas de las lámparas y las bombillas evitará que el polvo reduzca la intensidad de la luz.

Imaginación: Pintar las paredes y los techos con colores claros reduce la sensación de calor.

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