Almudena Grandes bucea en una posguerra articulada por el terror

  • La novelista presentó su nueva novela, 'El lector de Julio Verne', en Fuensanta de Martos, el pueblo de Jaén donde esta se desarrolla.
  • Almudena Grandes recordó el horror que vivieron todos los habitantes de la Sierra Sur a finales de los 40: tanto los maquis, como los guardia civiles.
La escritora Almudena Grandes, durante la presentación de su libro 'El lector de Julio Verne'.
La escritora Almudena Grandes, durante la presentación de su libro 'El lector de Julio Verne'.
Efe
La escritora Almudena Grandes, durante la presentación de su libro 'El lector de Julio Verne'.

El miedo es una espiral cortante que tiende a enroscarse en la garganta, apresando los pensamientos y las palabras. En ocasiones, baja por los hombros y por la espalda, aguijonea las costillas y se enseñorea en la espina dorsal, lisiando la postura.

El horror, el pánico, también recorrió a la sociedad española durante la posguerra, de arriba abajo,vertebrándola, según asegura la escritora Almudena Grandes. Actuó sin excepciones. "No solo caló en las víctimas, también en los represores". Así explica la escritora la trama de su nueva novela, El lector de Julio Verne, una obra que ella clasifica como de "aventuras y terror" y que cuenta, a través de la voz de un niño hijo de un guardia civil, la vida de los habitantes de un pueblo jienense cuya dignidad fue "reprimida y pisoteada".

Entre otras muchas historias, Grandes relata la del guerrillero antifranquista Cencerro (Tomás Villén Roldán) y la de su esposa, encarcelada por decir que el bebé que esperaba era de su marido. O el ruido de los golpes que salía del cuartel de la Benemérita durante los interrogatorios. O los riesgos, el frío y los sueldos míseros a los que se enfrentaban los agentes del orden, algunos de ellos incluso cercanos a las ideas que combatían. Todos maleados y doloridos.

Gran parte de esas crónicas ocurrieron de verdad. Flanqueada por Esther Estremera, una de las nietas de Cencerro, héroe de la resistencia de Fuensanta de Martos (Jaén), y por Cristino Pérez, el hijo de un guardia civil del mismo pueblo que inspiró el personaje protagonista, Almudena Grandes presentó el martes su obra en un municipio muy cerca de la Sierra Sur donde la resistencia firmó uno de los episodios más desconocidos y agitados de su actividad. Esther y Cristino fueron los encargados de exponer las similitudes entre lo que vivió esa zona de la comarca a finales de la década de los 40 y las páginas de El lector de Julio Verne.

Guerrilleros, no maquis

La tarea de recopilar los testimonios ha fascinado a la autora, que se autodefine como una "apasionada" del realismo de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, e insiste en que podría estar escribiendo hasta el final de sus días sobre los guerrilleros (y no sobre los maquis, apunta, una palabra que considera que ha sido innecesariamente importada del francés). De hecho, ya planea varios títulos que completen sus inaugurados Episodios de una guerra interminable y que desarrollarán a partir de ahora aspectos de "la resistencia individual".

La escritora madrileña también habló de su afición a escribir sobre niños que, como el protagonista de su novela, "deben enfrentarse a cambios y a situaciones durísimas, enormes para su edad".

Lo hizo en Los aires difíciles y lo ha vuelto a hacer en esta ocasión con Nino, un pequeño que encuentra una forma de salvación en la lectura. "El personaje de Nino, me dolía en el corazón. La literatura es así de mágica: te inventas un personaje y puedes llegar a llorar con él", indicó Grandes.

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