Detrás iba el carruaje del príncipe Carlos y su esposa, Camilla Parker-Bowles, que lució un modelo color crema y dorado de Robinson Valentine y una pamela con plumas en el mismo tono de Philip Treacy.
La soberana agradeció el trabajo a quienes han hecho posible que Ascot se convierta en un hipódromo "de primera clase" y deseó a los británicos un "feliz día" en las carreras.
Tras celebrarse el año pasado en York (norte inglés), miles de personas acudieron a la inauguración de las instalaciones de Ascot remodeladas, que incluyen nuevas gradas con capacidad para 8.000 personas con un original tejado para protegerse del sol.
Entre sorbos de "Pimms" y bocados de fresas con nata, aperitivo típico de las carreras inglesas, la multitud fue desfilando para encontrar un buen sitio y, sobre todo, dejarse ver con los más extravagantes vestidos y pamelas.
Triunfaron los modelos en blanco y rojo, los colores de la selección inglesa, que disputa el Mundial de Alemania.
Maryanne Clark llevaba un veraniego vestido blanco con la cruz de San Jorge, como la bandera inglesa, y sombrero, pendientes, pañuelo y uñas pintadas con el mismo motivo.
"Me ha llevado seis horas esta mañana prepararme, soy fanática del fútbol", admitió.
Emma Pilkington, de 20 años, optó por un traje rojo y blanco y pendientes con la bandera inglesa.
El sombrerero David Shilling, cuyas pamelas adornaban la cabeza de muchas de las señoras presentes, se presentó con una corbata rojiblanca y pañuelo de conjunto.
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