Importa de Rusia casi 4 millones de kilos de fertilizante y deja sin pagar 74.000 euros en aranceles aduaneros

El representante de Abonos y Cereales Gavilán, radicada en Medina, se expone a tres años y cuatro meses de cárcel por falsedad y estafa

La Audiencia de Valladolid juzga esta próxima semana a Francisco Ángel G.G., representante legal de Abonos y Cereales Gavilán S.A, radicada en Medina del Campo, por delitos de estafa y falsedad cometidos en noviembre de 2007, cuando importó de Rusia casi cuatro millones de kilos de fertilizante y, supuestamente, dejó de abonar cerca de 74.000 euros en aranceles aduaneros, cantidad que tuvo que asumir la empresa intermediaria cuyos servicios había contratado previamente para que llevase a cabo las gestiones oportunas en el puerto de Bilbao.

El procesado, que ocupará banquillo este próximo jueves, día 23, se expone a una pena de un año de prisión y multa de 2.880 euros por delito de falsedad y a otros dos años y cuatro meses y multa de 3.240 euros por un delito de estafa, según el escrito de calificación provisional del Ministerio Fiscal al que tuvo acceso Europa Press en fuentes jurídicas.

Además, en concepto de responsabilidad civil, el acusado debería afrontar el pago de 33.863 euros en favor de Sergusa, la intermediaria que tuvo que abonar el arancel aduanero, ya que los otros 39.964 anticipados por dicha mercantil en concepto de IVA le fueron devueltos a ésta por la Agencia Tributaria en 2009 tras la tramitación del correspondiente expediente de devolución.

El objeto del presente juicio se remonta a noviembre de 2007, cuando el representante de Abonos y Cereales Gavilán se puso en contacto con Sergusa, radicada en Bilbao y especializada en operaciones de tránsito de mercancías, para encargarle que llevase a cabo la tramitación y despacho de una partida de fertilizante a granel, con un peso de 3.950.000 kilos, importada de Rusia y que había llegado al puerto de Bilbao.

A fin de proceder al despacho aduanero de la mercancía, Sergusa solicitó al acusado que le efectuase una provisión de fondos de 73.828 euros, cantidad que incluía el arancel aduanero y el IVA correspondiente a la citada partida de fertilizante, al objeto de proceder a su pago en dependencias de la entidad aduanera de Vizcaya.

Así, el día 29 de noviembre el acusado mantuvo una conversación telefónica en la que apremiaba a Sergusa para que presentase dicha mercancía al despacho aduanero y aseguró a la mercantil que el día anterior había ordenado a La Caixa una trasferencia a favor de la intermediaria por el importe total de la operación. Para ello, remitió, vía fax, copia de la orden de la trasferencia que afirmaba haber realizado.

Aunque el procesado había presentado en la oficina de La Caixa de Medina la solicitud de trasferencia, ésta, sin embargo, no llegó a tramitarse, pese a lo cual escribió, supuestamente, de su puño y letra la mención "conforme y hecha", remitiéndola a continuación por fax a Sergusa.

Ante ello, y en la seguridad de que la trasferencia había sido efectuada y los fondos iban a ser recibidos, la mercantil intermediaria pagó ese mismo día el importe global de la operación en el departamento aduanero vizcaíno, sin que el comprador del fertilizante abonara entonces ni con posterioridad ni un euro por el despacho de la partida.

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