El Ayuntamiento de Valladolid se plantea trasladar el modelo de calderas de biomasa instaladas en la Casa del Barco —sede de la Concejalía de Desarrollo Sostenible— a un colegio de Puente Duero y a algunas de las instalaciones de la Fundación Municipal de Deportes (FMD) si el resultado "es bueno a medio plazo".

El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, ha visitado este miércoles junto al concejal de Desarrollo Sostenible, Jesús Enríquez, las instalaciones de la Casa del Barco, donde las calderas de biomasa funcionan desde el pasado otoño con un ahorro estimado de 4.000 euros anuales para las arcas municipales y con la emisión de 48 toneladas menos de dióxido de carbono a la atmósfera.

El regidor vallisoletano se ha mostrado satisfacción con el funcionamiento del sistema, gestionado por la empresa Forestación y Reforestación (Foresa), y ha planteado la posibilidad de extender las calderas de biomasa por otros edificios municipales. De hecho, ha dado por seguro que se instalará este sistema en el colegio de Infantil y Primaria de Puente Duero.

Asimismo, ha añadido, que los responsables de la FMD también han visitado la Casa del Barco para "tomar buena nota" del funcionamiento de las calderas con el fin de poder trasladarlo a alguna de sus múltiples instalaciones repartidas por la ciudad.

Las dos calderas de biomasa de la Casa del Barco proporcionan calefacción a dos edificios que suman 2.000 metros cuadrados de superficie, y se abastecen mediante 'pellets' de biomasa con una previsión de unas 40 toneladas de consumo durante la temporada invernal. El precio de esta materia prima ronda los 180 euros por cada 1.000 kilogramos.

El gerente de la empresa Foresa, Ignacio Macicior, ha apuntado que este coste supone actualmente "la mitad" que el del gasóleo que sería necesario para obtener la misma capacidad calórica. La empresa se adjudicó el contrato mediante el cual llevó a cabo "toda la inversión" en la instalación de las calderas, como ha recalcado el regidor vallisoletano.

Esta iniciativa se ha realizado mediante un contrato en la modalidad de empresa de servicios energéticos, de manera que la compañía asume el coste de la inversión y el Ayuntamiento devuelve esa cuantía en el tiempo con el ahorro, una opción "muy interesante" para la administración en la actualidad. 60.000

Euros en 15 AÑOS

Con ello, el Consistorio abona 14.000 euros al año por el servicio de suministro y mantenimiento de los sistemas, lo que supone un ahorro de 4.000 euros anuales frente a los 18.000 euros que suponía de gasto la anterior caldera. El contrato tiene una vigencia de 15 años, durante los cuales el Ayuntamiento se ahorrará en torno a 60.000 euros, y al final del mismo adquirirá la propiedad de la instalación.

Por su parte, la empresa obtiene beneficios en función del margen que obtiene con el precio del 'pellet', una materia prima que se almacena en un silo habilitado con capacidad para 30 metros cúbicos de materia combustible, entre 10.000 o 15.000 kilogramos, en función de la densidad. Con esta carga, se puede abastecer la caldera durante un plazo de entre mes y medio y tres meses en función de las temperaturas.

De esta forma, se evita la emisión a la atmósfera de 48 toneladas anuales de CO2 por la ausencia de emisiones que presenta el sistema. La instalación de biomasa tiene un consumo anual de 187.750 kilowatios/hora de calor, generados a partir de 40 toneladas de pellets, que sustituyen a los 250.000 kilowatios hora de gas natural del anterior sistema, sin olvidar que, como han recalcado el Ayuntamiento y la empresa, el combustible utilizado es de origen local, mientras el gas procedía del extranjero. Asimismo, los residuos de la combustión se utilizan como abono orgánico en zonas verdes.

La nueva instalación sustituye a las dos anteriores de gas de 300 kilowatios de potencia total que había en ambos inmuebles, sedes del Área de Desarrollo Sostenible, y que contaban con una antigüedad de 19 años.

La caldera, que se completa con dos grupos de elevación de temperatura de retorno, limpieza y extracción de cenizas, sistema automático de alimentación, control de combustión por sonda lambda y dos acumuladores con un total de 3.000 litros, recibe los pellets de un silo de biomasa instalado junto a las calderas.

Como ha apuntado León de la Riva, Valladolid cuenta con amplias masas vegetales en los pinares de Antequera y Esparragal (cerca de 1.800 hectáreas), que producen anualmente 1.800 toneladas de leña y restos de poda, material que luego se trata para obtener 'pellets'. Otro dato destacado por el Consistorio es que los bosques de Castilla y León producen 4,5 millones de toneladas de biomasa al año, volumen capaz de abastecer 100.000 instalaciones como esta.

Junto a las ventajas medioambientales y de puesta en valor de los recursos selvícolas, la biomasa "genera empleo", pues se calcula que cada 2.000 toneladas crean un puesto de trabajo.

Empresa con experiencia

La compañía Foresa es vallisoletana y, desde hace más de dos décadas, se dedica a repoblación forestal, tratamientos selvícolas, servicios contra incendios y adecuación de infraestructuras de uso público. Se ha centrado especialmente en aplicaciones térmicas de biomasa forestal, y ha abordado instalaciones como la red de distribución de energía térmica para el complejo Feder en Soria, una instalación que conecta seis edificios con cinco calderas de biomasa de 1.250 kilowatios de potencia total.

Otras actuaciones similares, con prestación de servicios energéticos, se han llevado a cabo en colegios, polideportivos y residencias de mayores, como el Colegio San José de Valladolid, el edifico multiusos de La Adrada (Ávila) y la residencia de mayores de Sarria (Lugo).