El expresidente del Gobierno de Cantabria, José Joaquín Martínez Sieso (PP), ha afirmado rotundamente y en reiteradas ocasiones que los "casos" de Suyesa y GFB son "radicalmente diferentes" porque mientras en el primero el Gobierno no adelantó fondos ni se planteó participar en la sociedad, en el segundo ha habido participación de la Administración en el capital social de la empresa, lo que permite estar en el Consejo de Administración, es decir, "donde se toman las máximas decisiones".

Y es que, en su opinión, desde el anterior Gobierno PRC-PSOE se han cometido "grandes irresponsabilidades desde el punto de vista político en la gestión de recursos públicos". De ahí que haya mantenido que "el desastre" y la "chapuza colosal" de GFB no fue un "error aislado" sino "un error en un universo de errores muy graves" de los que a su juicio deberían derivarse responsabilidades políticas.

El exjefe del Ejecutivo cántabro se ha pronunciado así en la comisión parlamentaria de investigación sobre GFB, a la que ha acudido a petición de la oposición, que por otra parte ha calificado de "extemporánea" su comparecencia, que socialistas y regionalistas querían que se hubiera producido al inicio de las sesiones para seguir la cronología.

Martínez Sieso, que ve "francamente difícil" que la fábrica entre en producción al acumular una deuda de 63 millones, y si fuera así ha advertido que habría que poner "mucho más dinero", se ha remitido a las palabras de su sucesor, Miguel Ángel Revilla (PRC), quien en 2008 dijo en el Parlamento que él era el "máximo responsable" del proyecto GFB y que cuando llegó al Gobierno "no había nada".

En este sentido, tanto el portavoz socialista, Juan Guimerans, como el regionalista, Rafael Pérez Tezanos, le han reiterado que no le acusan de nada y han indicado que no tiene implicación directa en GFB, por lo que han centrado sus preguntas en el proyecto Suyesa, que se gestó durante la Administración del 'popular'.

A preguntas de la oposición, Martínez Sieso ha manifestado que, desde la presentación del proyecto en 2002 hasta que él dejó de ser presidente en 2003, hubo "siempre" una voluntad en doble sentido: la de los promotores, de realizar una inversión en Reinosa, y la del Gobierno de aportar las ayudas máximas permitidas por la Unión Europea, que ascendían al 22 por ciento en el caso de la capital campurriana.

Al respecto, ha explicado que no había un plan de negocio "detallado" por parte de los promotores pero sí existía el "compromiso de palabra" por parte del Gobierno de "llegar al tope máximo de subvenciones" para un proyecto "superintersante" con una inversión de 55 millones, la creación de 250 puestos de trabajo, y una facturación prevista de 60 millones; y con un grupo "solvente" y con "suficientes recursos para abordar el proyecto", según informaron entidades financieras de forma confidencial al Ejecutivo.

Además, para la Administración era una "garantía" no tener que adelantar fondos y que fuera la empresa la que realizara la inversión. Al hilo, Martínez Sieso ha reiterado que ni el Gobierno ni la empresa se plantearon que el primero participara en la sociedad.