Pero, ojo, que el nacionalismo se sabe cómo comienza, pero nunca cómo termina. El otro día, algunos cartageneros se manifestaban a favor de la provincia cartagenera (el viejo Cantón, y ya es raro que Jumilla todavía no haya dicho «esta boca es mía»). Pero a Cartagena se le rebelan La Manga o El Algar. Por poner un ejemplo: a Murcia se le sube a la pechera, reivindicando Ayuntamiento propio, El Palmar, y no nos extraña que La Paca acabe queriéndose ir de Lorca, El Garbanzal de La Unión y Los Torraos, de Ceutí. Yo, el Día de la Región, me pertreché en mi barrio y me fui al Tío Sentao y me comí unas patatas asás y un poco de tocino (me aseguré que fuese de chato murciano). No sé si así hice patria o si hubiese hecho mejor asistiendo a lo de Murcia, qué Hermosa Eres (que tampoco me habían invitado), pero una hace lo que puede. Todavía no somos una nació, pero, en fin, viva Murcia y todas sus naciones.