Los cinco expertos sanitarios que este lunes participaron en la Comisión de Seguimiento que diseña la Ordenanza Reguladora de la Convivencia Ciudadana han coincidido en abordar la problemática del consumo de alcohol en jóvenes desde la prevención y en no prohibir el "botellón", al contrario de como contempla el borrador de la nueva normativa presentado por el Gobierno Local. Además, han llamado la atención sobre que cada vez hay más borracheras de jóvenes y sobre que son las chicas las que consumen más y les afecta en mayor medida.

Así lo han constatado a la salida de la reunión, celebrada en el Ayuntamiento, y que abordaba en este día el problema desde el punto de vista sanitario, después de que ya tuvieran su oportunidad para opinar los jóvenes representantes de los partidos políticos, quienes también rechazaron prohibir el 'botellón'. La Comisión se reunirá el próximo lunes, con expertos en materia educativa.

En el caso del representante del PP en la Comisión de sanidad del partido, Eduardo Carreño, ha planteado hablar de prevención y regulación, y no prohibición, ya que la propia palabra psicológicamente "se acepta mal" por sociedad. A su juicio, es mejor un trabajo previo de educación para que acepte una norma, ya que antes tienen que entenderla. En la reunión, ha descrito además los daños para el organismo y el sistema nervioso que pueda causar el alcohol.

El médico y responsable del Plan de Drogas del Principado en la anterior legislatura, José Ramón Hevia, ha indicado que del estudio de una encuesta a jóvenes de 14 a 18 años que han concluido recientemente, y cuyos datos están a punto de darse a conocer, se observa que a lo largo de la última década está disminuyendo el número de los chicos de esa edad que consume alcohol, aunque, paradójicamente, aumenta, dentro de los que consumen, el de los que se emborrachan.

Hevia ha resaltado que el abordaje de la problemática del alcohol en los jóvenes de 14 a 18 debe set "multidisciplinar". Para este médico, lo esencial es la prevención en el medio escolar, familiar y en la calle. En este último caso, ha apostado por buscar cómo disminuir el que estos jóvenes dispongan de bebidas alcohólicas, todo eso trabajando junto con la comunidad educativa, con los planes de drogas, con las familias y las asociaciones de padres a través de talleres y con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para que hagan cumplir la normativa ya existente.

"Las prohibiciones llevan a muy pocos sitios", ha incidido, antes de insistir en que estas no muestran la misma efectividad que las medidas que se consensúan con toda la sociedad. Ha recalcado, eso sí, que el consumo y el incremento de borracheras no se tiene por qué necesariamente asociar al 'botellón', ya que tendría que haberse constatado también el que aumentó el número de consumidores.

Es más, ha señalado que los patrones de consumo excesivo de alcohol se dan igual en el 'botellón' que en los establecimientos hosteleros. Ha resaltado, también, que la concentración de lugares de bebida es importante. En este punto, ha remarcado que el 'botellón' se diferencia de otros lugares de concentración de hosteleros en los que se junta mucha gente bebiendo en la calle en que en el primero los jóvenes llevan su bebida. Hevia ha señalado que ni los hosteleros ni el 'botellón' son culpables del aumento de las borracheras, sino el patrón social y la aceptación tanto por jóvenes como por adultos del consumo de alcohol.

Inicio más temprano

Por otro lado, la representante de Atención Primaria y técnico en drogas, María Peláez Tremols, ha alertado sobre consumos iniciados a edad muy temprana, a los 12 años, lo que influye muchísimo en el desarrollo y la capacidad intelectual a corto y medio plazo. Ha destacado, asimismo, que la prevención debe empezar a nivel familiar y también en las escuelas.

Para ella, la ubicación donde se consuma no es lo importante, sino la cantidad, la edad de inicio y el policonsumo -alcohol y drogas— que se puede generar. La edad de inicio de consumo de alcohol estadísticamente es a los 13,8 años, con la singularidad en Asturias que se aprecia un repunte y que las chicas consumen más que los chicos -70 % frente a un 60 %, aproximadamente—.

Dos o tres comas etílicos al fin de semana

En la Comisión también participaron dos médicos especialistas del servicio de Urgencias, uno de Atención Primaria del Área V y otro del hospital de Cabueñes. El primero, Diego Pidal, ha insistido en que lo fundamental son planes educativos de prevención y una labor coordinada de todos, Fuerzas del Orden y sanitarios, servicios educativos y familias.

Ha explicado que no es tanto el número de jóvenes atendidos por consumo de alcohol en Urgencias sino la gravedad, ya que están en coma etílico muchos, incluso jóvenes de 12 y 13 años, que se inician en el consumo a edad temprana y por medio del "atracón", mucha cantidad en poco espacio de tiempo. Y aunque son casos puntuales, ha indicado que son graves y preocupan, ya que se dan dos o tres cada fin de semana, y más en chicas que chicos. A menor edad, más probable que hayan consumido en la calle, mientras que los más mayores suelen derivarlos por problemas con el alcohol y peleas estando ebrios.

Ha apuntado, además, que la mayor parte de los padres se sorprenden cuando se dan estos casos y colaboran mucho, además, de que solo un pequeño número son reincidentes. Pidal ha apuntado que en general no hay una percepción del riesgo del consumo de alcohol porque está muy socializado. Ha advertido que en toda Europa se está dando un cambio de patrón en el consumo hacia el citado "atracón" de alcohol, a veces combinado con alguna sustancia estupefaciente.

Carlos González Pérez, de Urgencias de Cabueñes, por su lado, ha coincidido en que el problema no es tanto el número de chicos que son atendidos en el hospital por consumo de alcohol sino la gravedad de la intoxicación y ha insistido en que pueden ser situaciones de mucha severidad clínica que pueden llegar a tener consecuencias fatales, pese a que no es lo habitual. No obstante, pueden darse también secuelas neuronales, traumatismos, situaciones de hipotermia, sumadas al efecto tóxico en sí del alcohol.