Un jurado enjuicia este lunes a un alemán acusado de asesinar a golpes a un anciano que le dio casa

Un tribunal del jurado enjuicia desde este lunes y hasta el próximo 3 de febrero en la Audiencia Provincial de Granada a un ciudadano alemán, identificado como Gunter V.F., de 61 años, acusado de asesinar a golpes con una barra de hierro en Almuñécar (Granada) a Henri D.G., un anciano de 86 y nacionalidad belga que le había dado trabajo y que le había permitido quedarse en el jardín de su casa con su autocaravana. La Fiscalía Provincial de Granada solicita para él un total de 17 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía.

Un tribunal del jurado enjuicia desde este lunes y hasta el próximo 3 de febrero en la Audiencia Provincial de Granada a un ciudadano alemán, identificado como Gunter V.F., de 61 años, acusado de asesinar a golpes con una barra de hierro en Almuñécar (Granada) a Henri D.G., un anciano de 86 y nacionalidad belga que le había dado trabajo y que le había permitido quedarse en el jardín de su casa con su autocaravana. La Fiscalía Provincial de Granada solicita para él un total de 17 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía.

El procesado, que permanece en prisión preventiva desde que sucedieron los hechos, en octubre de 2010, disfrutaba del espacio cedido en el patio de la vivienda de la víctima, expropietario del Cámping El Pozuelo de Almuñécar, porque había sido su empleado durante 16 años y no tenía otro lugar donde residir ante la falta de medios económicos.

Según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, las relaciones entre el acusado y Henri D.G. y su esposa se habían deteriorado hasta el punto de que la víctima le denunció en agosto de 2010 ante la Guardia Civil, lo que motivó que un Juzgado de Almuñécar le condenara por una falta de amenazas a la prohibición de acercarse al matrimonio durante seis meses.

Meses más tarde, concretamente sobre las 16,50 horas del 1 de octubre de 2010, Henri se dirigió a la autocaravana de Gunter para pedirle que se marchara del lugar, tal y como había establecido la sentencia. Tras una breve discusión, el ahora fallecido se dio la vuelta para regresar a su casa, momento en que el acusado cogió una barra de hierro de 75 centímetros de longitud por 1,5 centímetros de grosor —de las que se usan para el encofrado de las obras— que había colocado previamente junto al arco del patio donde estaba situada la caravana y le golpeó.

Aprovechando que se encontraba de espaldas, le asestó varios golpes provocando que cayera al suelo boca abajo sin posibilidad de rehuir el ataque, y luego siguió golpeándole en la cabeza.

El ataque fue observado por la mujer, que pidió auxilio a un carpintero que estaba haciendo unos trabajos dentro de la vivienda conyugal y que pudo observar al hombre golpeándole en la nuca y el cráneo a la víctima con "manifiesto ánimo de acabar con su vida".

Dado que Henri se encontraba "plenamente indefenso" en el suelo, el carpintero gritó al inculpado que iba a llamar a la Guardia Civil, a lo que éste reaccionado cesando en la agresión y metiéndose en la autocaravana, donde se cambió "los pantalones manchados de sangre" a la espera de la llegada de los agentes.

Los servicios sanitarios no pudieron hacer nada para salvar la vida del hombre, cuya autopsia determinó que se trató de una "muerte violenta homicida", siendo la causa inmediata del fallecimiento una hemorragia subaracnoidea a causa de un traumatismo cranoencefálico.

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