El escultor José María García Moro, nacido en Madrid pero afincado y ligado a Segovia durante gran parte de su vida, ha fallecido este sábado en su domicilio a los 78 años.

El artista, miembro de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce y reconocido por sus instalaciones en la calle, realizó en 2011 su última exposición en el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente.

Licenciado en Bellas Artes, ejerció la docencia como profesor de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Segovia, de cuya dirección también formó parte.

Moro, como así era conocido en la ciudad, vivió en otras capitales como Puerto Rico y Nueva York.

Además de sus intervenciones callejeras, su trabajo incluía esculturas de tipo monumental. A lo largo de su trayectoria, aplicó tendencias como la figuración, la abstracción, y el orden geométrico y racional. Como escultor realista tiene numerosas estatuas, como las dedicadas a San Juan de la Cruz o al folclorista Agapito Marazuela.

Su despedida del mundo artístico consistió en la repetición de una actuación de 1966, en la que llenó la avenida Fernández Ladreda de la capital segoviana de obras con diferentes tamaños y colores y dejó al público que las colocasen a su antojo.

Sus restos mortales permanecen en el tanatorio San Juan de la Cruz de la capital segoviana.