El palacio gótico del Marqués de Caro ha reabierto sus puertas reconvertido en un hotel monumental de cinco estrellas que conjuga el respeto a los restos arqueológicos del inmueble, que abarcan desde la época romana hasta el siglo XIX, con una sobria decoración vanguardista en un total de 26 habitaciones exclusivas.

Según ha explicado el director del Hotel Caro, Santiago Máñez, durante la presentación a la prensa del recinto hotelero, el proyecto ha tardado siete años en materializarse desde que en 2005 cuatro socios valencianos decidieran adquirir este palacete gótico situado en pleno centro de la ciudad y ha supuesto una inversión total superior a los 10 millones de euros, procedente en su totalidad de la Comunitat Valenciana.

Máñez ha subrayado que cuando adquirieron el edificio a la familia Caro, pensaban encontrar en su interior elementos del siglo XIX, aunque el inmueble superó sus expectativas al mantener elementos, incluso, de la época fundacional de la ciudad de Valencia, como un mosaico del siglo II a.C que queda ahora musealizado bajo una vitrina en el suelo de la recepción del hotel.

Piezas de azulejería valenciana, arcos y murallas se mantienen también en la estructura del hotel, cuyo proyecto inicial ha tenido que ser modificado para adecuarse precisamente a las "peculiaridades" arqueológicas del edificio. De hecho, en un primer momento sus responsables habían previsto construir 30 habitaciones, aunque finalmente este número ha quedado reducido a 26, todas ellas con diferente distribución espacial y decoración, a cargo del arquitecto Francisco Jurado y del decorador Francesc Rifé, galardonado con el premio FAD de interiorismo en 2009.

Su director, que se ha mostrado muy satisfecho con el resultado tras varios años en los que ha sido necesario "mantener la paciencia" para rehabilitar este conjunto histórico, ha destacado que se trata "probablemente del edificio más antiguo de Valencia que sigue en pie" y ha asegurado que este proyecto es "la punta de lanza que muestra que se puede recuperar el patrimonio y que puede ser rentable".

Además del retraso en las obras derivado de la propia investigación arqueológica, Máñez ha resaltado el impacto de la crisis, que ha provocado dificultades en la refinanciación del proyecto, cuya inversión final ha sido "bastante mayor de lo que nos hubiéramos imaginado".

En cualquier caso, su responsable se ha mostrado optimista y ha señalado que la página web del hotel ya refleja un gran interés por parte de turistas nacionales e internacionales y que, incluso, ya se está produciendo el "goteo" de reservas propio del inicio de cualquier proyecto. Los precios de las habitaciones van desde los 150 a los 750 euros de la 'suite', una habitación de 80 metros cuadrados por la que varias marcas ya se han interesado para realizar actos públicos.

Muralla árabe y detalles góticos

Precisamente una de las particularidades del hotel es que no hay ninguna habitación igual a otra, ya que cada una integra un elemento histórico diferente, que van desde una parte de la muralla árabe de Valencia del siglo XII hasta detalles del palacio gótico del siglo XV o viguerías a cara vista de la última gran reforma del edificio, realizada en el siglo XIX.

Aunque estas instancias son privadas y, por tanto, no están abiertas al público, las zonas comunes, entre las que destaca una biblioteca con una pared gótica y un techo artesanado de madera del siglo XIX, sí pueden ser visitadas por los ciudadanos.

Por último, el hotel dispone del servicio de hostelería a cargo del restaurante Arrop, dirigido por el prestigioso chef Ricard Camarena y con una estrella Michelín en su haber, que se encuentra en el mismo palacio. Aunque se trata de un proyecto diferente y con una gestión diferenciada, este restaurante se encargará de los desayunos de los huéspedes que se alojen en el Hotel Caro.