El Museo de la Ciudad de Valencia inaugura la exposición 'El traje de valenciana. Evolución', que ofrece una revisión histórica de los "imparables" y "progresivos" cambios de la tradicional indumentaria fallera desde la primera mujer que lució las prendas hasta el siglo XXI. La intención es invitar a los valencianos y a los visitantes a realizar un recorrido "científico y basado en estudios" del que es elemento imprescindible del más popular de los festejos valencianos.

Así lo han explicado en rueda de prensa la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Valencia, Mayrén Beneyto, y la indumentarista Victoria Liceras, a quien se ha encargado la organización de la muestra.

La selección, que estará abierta hasta el próximo mes de abril con el objetivo de aprovechar el flujo turístico de las fechas falleras en marzo, incluye un total de 12 maniquís vestidos con los trajes de fallera típicos en cada década hasta llegar al año 2000, momento en el que se detiene este itinerario expositivo "que no ha querido caer en personalismos", ha resaltado Liceras. Asimismo, se añade otro figurín que luce las mismas ropas que se pueden admirar en un cuadro conservado en la Casa Museo Benlliure.

Para confeccionar esta panorámica —que ha contado con un presupuesto de unos 24.000 euros para vestir "de pies a cabeza" todos las figuras, que se quedará el Consistorio— las fuentes de documentación han sido fundamentalmente gráficas, como fotografías, 'llibrets' de falla, carteles y las obras de pintores como Sorolla, Fillol o Agrassot.

Aunque tanto Beneyto como Liceras han subrayado que esta exposición, que inaugurará esta tarde la alcaldesa Rita Barberá, no pretende decirle a nadie cómo ha de vestir, ambas han coincidido en defender una "coherencia" en el traje "oficial" de fallera.

Así, la edil ha abogado por fijar "un patrón en el traje oficial de fallera" mientras que la especialista en indumentaria ha señalado la necesidad de mantener "una coherencia con el traje antiguo" y no mezclar distintas épocas en el vestido o los peinados. "Esto no es el Carnaval de Venecia", ha advertido.

En concreto, Liceras se ha referido a cuestiones como el excesivo vuelo de las faldas —"a veces parecen campanas", ha comentado—; los delantales demasiado grandes o el largo de los vestidos —"siempre se ha enseñado el zapato", ha observado.

UNESCO

En este punto, la indumentarista ha reflexionado sobre la pretensión de las Fallas —y todos los elementos culturales que las rodean— sean declaradas por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Ha puesto como ejemplo que, en el caso de la Mare de Déu de la Salut de Algemesí, que recientemente ha logrado esta distinción, el organismo internacional no permite ni tan solo variar el ancho de las rayas de los trajes de los participantes en la 'Muixeranga'.

Por ello, ha instado a tener en cuenta que un posible reconocimiento de la Unesco comportará para las Fallas, "no únicamente beneficios, sino también obligaciones".

No obstante, ha reconocido que el traje de valenciana es "un producto vivo" en el que influye la moda de la calle.