El juicio por la muerte del camarero Rubén Sevillano en Gijón ha quedado este lunes visto para sentencia tras su celebración en el Juzgado de lo Penal 2 de Gijón. Uno de los procesados ha reconocido los hechos y ha inculpado al otro imputado, que negó, no obstante, haber golpeado a la víctima para robarle, lo que le causó la muerte, ha confirmado una de los letrados a la salida de la vista.

En este sentido, el abogado de S.G. ha apreciado las atenuantes de drogadicción, arrepentimiento y colaboración con la Justicia, por lo que ha solicitado para su cliente, una vez reconocidos los hechos, dos años y medios de prisión si se tienen en cuenta un homicidio imprudente en concurso con uno de lesiones, o, si no se tiene en cuenta, dos años de cárcel por el delito de robo y un año más por un homicidio imprudente.

Asimismo, el otro acusado, A.G.M., ha pedido su libre absolución, al rechazar haber sido el autor de los hechos. Por parte de las acusaciones particulares, solicitaron nueve años de prisión, cinco por un delito de robo y cuatro por uno de lesiones dolosa en concurso con un homicidio imprudente, mientras que en el caso de las indemnizaciones, se solicitaron 72.000 euros para la madre de la víctima y 30.000 para un hermano.

Por parte de la Fiscalía, el Ministerio Público ha requerido una condena de 7 años y medio de cárcel, cuatro por un delito de lesiones en concurso ideal con un homicidio y tres años y medio por otro de robo. Respecto a la responsabilidad civil, ha pedido 72.000 euros para la madre y 10.000 para el hermano.

Los hechos tuvieron lugar la madrugada del 3 de febrero de 2010, cuando supuestamente los dos acusados se cruzaron por el camino con Sevillano, camarero de profesión de 44 años, que regresaba a casa. La víctima, que se encontraba en estado de embriague, fue asaltada por los dos procesados y, según el relato de uno de ellos, su compañero le golpeó y cayó al suelo.

En la autopsia se pudo constatar que la víctima tenía en el momento de la muerte una tasa de 3,98 gramos alcohol litro de sangre -el hombre llevaba consigo una botella de whisky cuando fue asaltado—, lo que mermó sus posibilidades de defensa. Según los forenses, una actuación rápida podía haberle salvado la vida.