Vecinos de Segovia y ciudadanos fieles a la Fuencisla han mostrado su disposición a donar dinero y emprender una colecta para restituir las coronas a la Virgen, patrona de Segovia, y al Niño Jesús que tiene en brazos, reliquias de oro y piedras semipreciosas del siglo XVII que fueron robadas el pasado viernes por la mañana en el Santuario.

La respuesta ciudadana tras el suceso ha sido unánime. Según explica a Europa Press la restauradora del templo, María del Carmen Hernández, creyentes y no creyentes continúan "impactados y dolidos" por el ultraje a esta talla, a la que el ladrón o los ladrones causaron daños importantes tras arrancar el brazo del Niño para sustraer también la bola del mundo que sostenía.

En el Santuario, son más los fieles que desde los hechos acuden a visitar y venerar a la patrona, a la que retratan con cámaras y teléfonos móviles ahora sin su corona. Por el momento, la imagen continúa en el retablo a la espera de ser desvestida, esta misma tarde, para poder comprobar si existen otros daños (grietas o deterioro en la pintura).

La Fuencisla será restaurada gracias a la aportación de la Junta de Castilla y León, que nada más conocer lo sucedido mostró su deseo de colaborar, aunque falta por determinar la fecha, que tendrá que ser decidida entre el Gobierno regional y la Delegación Diocesana de Patrimonio.

Hace unos años, la Consejería de Cultura ya aportó una partida para recuperar la Casa Rectoral del Santuario, afectado tras derrumbarse parte del talud de Peñas Grajeras que junto al templo en 2005.

Los responsables del Santuario han mostrado su agradecimiento por la respuesta de ciudadanos e instituciones, si bien reconocen que aún confían en que las coronas aparezcan. "No se puede perder la esperanza", apunta la conservadora mientras sueña que el autor del robo, arrepentido, devuelva las reliquias o las deje en algún lugar.

El llamamiento a la sociedad para que aporte cualquier pista que pueda ayudar a esclarecer los hechos también es continuo. La Policía prosigue las investigaciones, que comenzaron en la mañana del viernes después de que unas mujeres que acudían a rezar advirtieran que la Virgen tenía la cara tapada con el velo y no tenía ni su corona ni su aureola de plata —ésta se halló después abandonada en los jardines del Santuario—.

Según las huellas tomadas, se sabe que el delincuente o los delincuentes treparon por el lado derecho de la verja de varios metros del presbiterio, pues había pisadas con barro, y que se encaramaron al retablo por la parte izquierda. Las sospechas de los responsables del templo es que se trata de alguien muy ágil y con buena forma física.

Más seguridad

Como una de las primeras medidas para mejorar la seguridad, la Junta Rectora del Santuario ha decidido retrasar una hora la apertura del templo, que abrirá sus puertas a partir de ahora a las 9.00 horas.

Se reforzará también el sistema de alarma, se colocarán cámaras y habrá vigilancia de manera continua. "Haremos todo lo que se pueda en este sentido", inciden.