Solo frente a las abejas

Otras profesiones: La apicultura es un oficio que generalmente empieza por el amor a la naturaleza y la vida al aire libre, pero puede convertirse en una curiosa salida profesional.
El oficio de apicultor se practica en España desde el siglo xv y ya en la edad antigua Virgilio se inspiraba en ellos para sus versos. Una colmena puede dar unos 25 kilos de miel al año. Vendidos al por mayor, cada uno tiene un precio de hasta tres euros. Si el apicultor decide comercializarla directamente, el precio del kilo rondaría los cuatro euros.Para ser apicultor no existe una formación reglada. Tradicionalmente ha sido  un oficio que pasaba de padres a hijos, y actualmente el único camino posible para serlo es a través de las asociaciones de apicultura y de los cursos que éstas imparten. En Internet, páginas como vidaapicola.com o adsapicolazaragoza.org ofrecen todo tipo de información para quienes quieran acercarse a esta desconocida salida laboral.

ALFREDO SANZ. APICULTOR

«El apicultor no es un ganadero, es domador»

Alfredo, de  45 años, está casado y es el director técnico de la Agrupación Apícola de Zaragoza (ARNA).

¿Desde cuándo es apicultor?

Llevo 20 años. Empecé con un panal y ya tengo más de 200.

¿Cómo se trabaja con las abejas?

Hay que establecer una relación especial con ellas. Estamos dentro de la ganadería, pero yo me considero  un domador. Las abejas no precisan del hombre para vivir. Hay que educarlas para que no se vayan y dejen la miel en los panales.

¿Le han picado muchas?

Cientos, pero sólo es peligroso si eres alérgico.

Entonces, ¿se puede considerar una profesión de riesgo?

Para nada. El que a un apicultor le pique una abeja es como si un mecánico se mancha las manos de grasa. Son gajes del oficio.

¿Aprende algo de ellas?

Son muy tranquilas y el apicultor también. Es necesario mucho cariño y  paciencia. A veces a los ganaderos sí se les oye gritar a las vacas, pero nosotros no nos enfadamos con las abejas. ¿Cómo se les podría castigar?

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