Exponen las fotos de Friedrich Seidenstücker, retratista de la vida en el antiguo Berlín

  • Fue el gran documentalista de la ciudad entre los años de la República de Weimar y los posteriores al final de la II Guerra Mundial.
  • Su visión humorística y llena de amor por lo ciudad le convirtió en cronista gráfico más querido por los berlineses.
  • La primera gran retrospectiva de su obra está en cartel en la ciudad a la que retrató.
Una chica hace gimnasia. Seidenstücker retrató todos los aspectos de la vida cotidiana de Berlín.
Una chica hace gimnasia. Seidenstücker retrató todos los aspectos de la vida cotidiana de Berlín.
© bpk / Friedrich Seidenstücker
Una chica hace gimnasia. Seidenstücker retrató todos los aspectos de la vida cotidiana de Berlín.

Friedrich Seidenstücker (1882-1966) no es uno de esos fotógrafos intocables y cuya obra merece ensayos y tratados. Estamos hablando de un profesional humilde, fascinado con su trabajo y que nunca salía de casa sin la cámara en la mano. No pretendía hacer arte, sino fotografías que capturasen y condensasen el latido de la ciudad de la ciudad de la que estaba enamorado, Berlín.

Desde los años de la República de Weimar (1919-1933) y hasta la década de los cincuenta, cuando Berlín era una ciudad en escombros tras la II Guerra Mundial, Seidenstücker se dedicó a callejear y hacer fotos sobre el latido de la ciudad. Su obra, muy querida por los berlineses, se ha llegado a considerar como la crónica más exacta del devenir cotidiano de la capital alemana en la época.

'Sobre hipopótamos y otros seres humanos'

Pese a la importancia popular y el calado de las fotos, nunca hasta ahora se había expuesto con seriedad la producción de este reportero de prensa que iba para escultor pero terminó siendo fotógrafo. La exposición Friedrich Seidenstücker. Of hippos and other humans. Photographs 1925-1958 (Friedrich Seidenstücker. Sobre hipopótamos y otros humanos. Fotografías, 1925-1958) es la primera gran retrospectiva que hace justicia a una obra injustamente olvidada.

La muestra, que organiza la Berlinische Galerie del Museo Estatal de Arte Moderno, Fotografía y Arquitectura de Berlín y se clausura el 6 de febrero, reúne 226 fotos de los archivos de Seidenstücker y resume de manera amplia todas las etapas de su carrera.

Está dividida en cuatro secciones: Fotografía Callejera, Fotografía de Animales (al reportero le encantaba trabajar en el zoológico de la ciudad, de ahí el lema de la muestra), Paisajes y Berlín tras la Guerra. Hay una quinta área dedicada a los desnudos que hizo al final de su carrera.

Un fotógrafo optimista

Pandillas de jóvenes disfrutando de las emociones de la gran ciudad, escenas de profundo sentido del humor en el zoo, imágenes sobre la vida diaria en la urbe y, finalmente, desoladores paisajes de las consecuencias de la guerra, la colección permite comprobar el optimismo que reivindicaba Seidenstücker con su mirada, pero también el compromiso con el sufrimiento que padecieron los berlineses tras la segunda gran contienda bélica mundial.

Siempre con modales de reportero (las fotos pertenecen a la urgencia del momento), el fotógrafo era como una cámara andante: retrataba todas las facetas de la ciudad, desde los juegos de los niños, hasta los vendedores ambulantes y las colas de hambrientos ante los comedores benéficos.

Durante los años del nazismo, Seidenstücker decidió colgar la cámara. No quería hacer fotos de la tristeza que se había apoderado de la ciudad a la que amaba.

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